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Los Chorotes abrazan la Palabra de Dios.
El pasado 1 y 2 de octubre viajé con un grupo de hermanos hasta Misión La Paz, en el extremo norte argentino, en la ribera del Pilcomayo, justo frente al Paraguay. El motivo era muy significativo: por un lado, se celebraban los 78 años de Misión La Paz, una comunidad chorote de unos 2000 habitantes, la mayoría de ellos creyentes. Pero también se celebraban los 25 años de la traducción del Nuevo Testamento a su lengua. Y más aún: junto con el ministerio La Fe Viene por el Oír y la Sociedad Bíblica Boliviana, habíamos grabado todo el Nuevo Testamento en audio, y se entregarían las audioescrituras, para que pudiesen no solo leer la Palabra de Dios, sino también escucharla tanto en los hogares como en las comunidades.
Pero había algo más: se presentaría la película del evangelio según San Lucas dramatizado. Era un acontecimiento sin precedentes: la primera y única película en idioma chorote.
Es muy difícil transmitir en palabras lo que significó ese evento multisensorial, por lo que comparto solo algunas impresiones:
- La comunión cristiana: en el grupo había bautistas, hermanos libres, presbiterianos, Asamblea de Dios, pentecostales independientes, anglicanos y de comunidad cristiana. Y unos 600 hermanos provenientes de Lapacho uno, de Tartagal, Santa Victoria, Pomis Ji᾿wet, La Merced Vieja, El Mistolar, La Gracia, La Estrella, Kilómetro 2, Kilómetro 1, La Bolsa, 4 de Julio y Las Vertientes (todas éstas de la provincia de Salta). Y de Lote 8 y Santa Teresa (provincia de Formosa).
- El ver la transformación producida por la Palabra de Dios. Los wichís y los chorotes eran pueblos enemistados que luchaban constantemente entre ellos. “Eso era antes de la llegada del evangelio”, dicen. Hoy pueden vivir unidos y hasta emparentados.
- El ser testigos de la alegría y la curiosidad de tantos niños, abriendo ojos grandes y quedándose inmóviles al escuchar la Palabra de Dios en su idioma. Cito aquí al misionero y antropólogo Cristóbal Wallis: “El escuchar la Palabra de Dios, que es literalmente lo que los primeros wichí conversos hacían y lo que todavía hoy en día muchos hacen, significa escuchar a Dios y no simplemente leer o estudiar una palabra escrita que habla de Dios”.
- O el poder distribuir:
- 80 equipos reproductores de Audio-Escritura con el NT en Chorote.
- 50 memorias para teléfonos o PC de Audio-Escritura con el NT en Chorote.
- Dos equipos de proyección con Audio y Video con el Evangelio de San Lucas.
- 230 NTs en lengua Chorote.
- 170 Diccionarios bilingües Chorote-Castellano.
- O presenciar la emoción de un pueblo al despedir a sus misioneros, Nicolás y Catherine Drayson, que durante casi 50 años trabajaron entre ellos, dejando el confort de su Inglaterra natal, en obediencia e imitación a su Señor, para darles el tesoro más precioso: el mensaje del evangelio.
- O escuchar el canto de tantos himnos que amamos, en la lengua chorote: “Brillando, brillando, yo brillaré para Él”, “Oh, qué amigo nos es Cristo”, “Más de Jesús quiero aprender, más de su gracia conocer”, “No hay Dios tan grande como Tú”, “Cristo me ama, la Biblia lo dice así”, “En Jesucristo se halla la paz”, “En la cruz, en la cruz” y “Cuán grande es Él”, por mencionar algunos. Y participar juntos de la Cena del Señor, con himnos y oraciones en chorote, en Wichí, en chulupí y en castellano.
¿Por qué los chorotes han creído al mensaje del evangelio? ¿Será porque unos misioneros llegaron hasta esa comunidad, les hablaron de Cristo y pusieron por escrito su lengua ágrafa, para luego traducir el Nuevo Testamento? ¿Será porque la Sociedad Bíblica se encargó de publicarlo, para que pudiera llegar a todas las comunidades? ¿Será porque el ministerio de La Fe Viene por el Oír, junto con la Sociedad Bíblica Boliviana, se encargó de instalar un estudio de grabación en medio del monte chaqueño, para que esa Palabra quedara grabada en audio y en video?
No, todas estas son pequeñas piezas de un plan incontenible de Dios. Fue Él quien quiso, en Su soberanía, que el pueblo chorote estuviese un día representado delante de Jesucristo, el Cordero de Dios. Él determinó que los chorotes pudieran cantar “un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Ap 5:9).
Testimonio de Ruben Del Ré,
Director General Sociedad Bíblica Argentina.