Estudio bíblico
En tiempos difíciles, Dios es fiel
Dios es fiel, y eso significa que siempre hará lo que dijo y cumplirá lo que prometió. Exploremos en la Biblia por qué podemos confiar en Él y como su fidelidad impacta en nuestras vidas:
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel” Deuteronomio 7:9
La perfección de la fidelidad de Dios puede resultar incomprensible para nuestras mentes finitas. Diferente a lo que sucede con los seres humanos, la fidelidad es esencial a la naturaleza de Dios. Dios siempre hará lo que dice y cumplirá lo que prometió.
“Dios no es como los mortales: no miente ni cambia de opinión. Cuando él dice una cosa, la realiza. Cuando hace una promesa, la cumple.” Números 23:19
Podemos recordar diariamente sus promesas y confiar en que, más allá de cómo se vean las circunstancias, Él es fiel para cumplir todo lo que prometió.
“Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.” Salmos 36:5
Podemos confiar en su fidelidad eterna. Dios que ha sido fiel en el camino, no nos descuidará en el tiempo de angustia.
“Sábelo bien: el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel que cumple con su pacto y su misericordia con aquellos que lo aman y cumplen sus mandamientos, hasta mil generaciones.” Deuteronomio 7:9
Cuando el mundo “se nos viene encima” doblegarse en la tristeza y el desánimo suelen ser, aparentemente, las únicas alternativas para nuestro confundido corazón. Concentrar nuestros pensamientos en esta provisoria realidad, terminará por sepultar nuestra esperanza.
Conocer a Dios nos permite tener alternativas en medio de las dificultades. Recordar que un atributo de su carácter es ser inmutable puede ser la luz de esperanza en medio de la presente oscuridad. “¡Dios es fiel!” recordó el escritor, y le bastó para abandonar la totalidad de su ser a la realidad de esta verdad, y poner en ella, toda su esperanza.
Hasta he llegado a pensar que ha muerto mi firme esperanza en el Señor. Recuerdo mi tristeza y soledad, mi amargura y sufrimiento; me pongo a pensar en ello y el ánimo se me viene abajo. Pero una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad!
Lamentaciones 3:18-23
Podemos, al igual que el escritor, descansar en el amor constante, fiel e inagotable de Dios. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir? ¡Nunca! En los tiempos más difíciles resuenan en nuestro corazón las palabras del profeta:
“Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad”. Jeremías 31:3
Te animamos a seguir explorando lo que la Biblia dice sobre la fidelidad de Dios. Con el tiempo, lo que aprendemos de Dios se convierte en motivación, esperanza y confianza diaria.
Cinco enseñanzas bíblicas para tu vida laboral
Depender de Dios
»No se les ocurra pensar: “Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.” Deben acordarse del Señor su Dios, ya que ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con ustedes la alianza que antes había hecho con los antepasados de ustedes. Deuteronomio 8:17-18
Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero». 14 ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. 15 Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». Santiago 4:13-15
Es muy común escuchar historias de personas exitosas que lucharon por alcanzar sus sueños y metas y pueden hacernos creer que el éxito es resultado exclusivo del esfuerzo, de los propios talentos o la valentía. Pero la Biblia nos enseña que nada podemos alcanzar sin la ayuda de Dios. No olvides nunca que todo lo que tenemos, todo lo que nos pasa y todo lo que logramos es por la sola gracia de Dios.
Trabajar con esmero
Anda a ver a la hormiga, perezoso; fíjate en lo que hace, y aprende la lección: aunque no tiene quien la mande ni quien le diga lo que ha de hacer, asegura su comida en el verano, la almacena durante la cosecha. Proverbios 6:6-8
Cuando estuvimos con ustedes, les dimos esta regla: El que no quiera trabajar, que tampoco coma. Pero hemos sabido que algunos de ustedes llevan una conducta indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada. A tales personas les mandamos y encargamos, por la autoridad del Señor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida. 2 Tesalonicenses 3:10-12
La Biblia enseña que aquellos que confían en el Señor y trabajan con esmero son sabios que cosecharán el fruto de su labor, pero quienes son perezosos demuestran necedad y no logran obtener nada. Nuestra esperanza está puesta en la convicción de que Dios prosperará nuestro trabajo, por lo tanto, seamos diligentes para hacer todo lo que esté a nuestro alcance, confiando que el Señor hará el resto.
Ser personas honestas
A los hombres rectos los guía su rectitud; a los hombres falsos los destruye su falsedad. De nada servirán las riquezas el día del juicio, pero la justicia libra de la muerte. Proverbios 11:3-4
Los ricos de esta ciudad son todos opresores; mentirosos y engañadores todos sus habitantes. Por eso he comenzado a castigarte, a destruirte por causa de tus pecados. Miqueas 6:12-13
Dios nos llama a ser personas honestas, y es Él, por medio de su espíritu, quien nos da la fuerza para lograrlo. Medita en su Palabra y dedica tiempo a la oración para poder así encontrar la valentía del Señor para caminar con rectitud.
Apartar tiempo para el descanso
El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación. Génesis 2:1-3
Trabajen durante seis días, pero el día séptimo deben descansar, aun en tiempo de siembra o de cosecha. Éxodo 34:21
En el ambiente laboral competitivo de nuestro día existe la tentación de trabajar demasiado y ser parte de una carrera que nunca se termina. Al crear la Tierra, Dios estableció el ritmo de trabajo con períodos frecuentes de descanso y dejó un ejemplo que debemos seguir. Apartar tiempo para el descanso es una expresión clara de que entendemos que nuestros resultados no dependen de cuánto esfuerzo o cuánto sacrificio ponemos en nuestro trabajo, sino que tenemos nuestra confianza puesta totalmente en que Dios proveerá, por lo tanto podemos descansar.
Asumir responsabilidad social
No se olviden ustedes de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios. Hebreos 13:16
La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo. Santiago 1:27
Conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros; así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón? 1 Juan 3:16-17
A pesar de que el mundo moderno pretende empujarnos a una obsesiva búsqueda por riqueza, prosperidad y reconocimiento, ésta no debería ser nuestra meta más importante. Según la Biblia, a quienes han sido bendecidos con prosperidad económica, Dios les ha hecho responsables de aquellos que sufren necesidad. Pidamos al Señor que nos dé un corazón sensible y que nuestras acciones siempre reflejen un genuino servicio a Dios.
“Por tanto”: una expresión importante
Autor: Dr. Richard Smith
Traducido por Micaela Ozores
En la Biblia, la expresión “por tanto” y otras frases similares tienen una función muy importante.
Su uso frecuente está relacionado con lo que los estudiosos de las Escrituras llaman la dinámica de la secuencia indicativo-imperativa. El indicativo expresa la afirmación de un hecho de la redención o de una verdad divina (teoría o concepto). El imperativo expresa el mandato o la condición (aplicación o respuesta implícita) que sucede en consecuencia. El indicativo representa un pensamiento teológico sobre el porqué o el qué, mientras que el imperativo nos muestra el “cómo” y el “cuándo” éticos y prácticos. La expresión “por tanto” (o “por lo tanto”) cumple la función de nexo lógico y gramatical entre el hecho (indicativo) y la acción (imperativo) que debería resultar en consecuencia de ese hecho.
Veamos cuatro ejemplos:
Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones (Mt. 28:18b-19).
Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer (Ro. 12:1).
Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria. Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Eso es idolatría (Col. 3:3-5).
Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces en quien no hay cambio ni sombra de variación. Por su propia voluntad, él nos hizo nacer por la palabra de verdad […]. Por lo tanto, desechando toda suciedad y la maldad que sobreabunda, reciban con mansedumbre la palabra implantada la cual puede salvar su vida […] (Stg. 1:17-22).
Tomemos el ejemplo de Romanos 12:1. En este contexto, la expresión “por tanto” implica que el mandato (“que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios”) es una consecuencia lógica y teológica de lo que Pablo dijo antes en Romanos 1-11. Lo que intenta decir es: “A la luz de lo que ya les dije, deben hacer lo siguiente”. El “que se presenten ustedes mismos” es la aplicación ética y la expectativa divina de la enseñanza que Pablo nos ha dejado hasta este punto en su carta. La “ofrenda viva” es el “verdadero culto” (o, como dicen otras versiones, nuestro “culto racional” o razonable) que debería surgir a partir de la reconciliación que Dios ha provisto por medio de Jesucristo. Pablo nos está diciendo: “Considerando las extraordinarias bendiciones que ahora tenemos en Cristo, ¿acaso les es posible imaginar alguna otra respuesta sino la dedicación total y exclusiva de su vida entera a Dios?”. Imaginar algo distinto no sólo sería ilógico, sino también, irreverente.
Ahora bien, ¿cómo aplica a mi vida aquí y ahora la dinámica indicativo-imperativa?
Por ejemplo, algunos amigos cristianos me han dicho que no les gusta leer la Biblia desde un acercamiento intelectual. Prefieren las enseñanzas y aplicaciones prácticas. Dicho de otro modo, les gusta pensar en el “cómo” y el “cuándo”, más que en el “qué” o el “por qué”. El problema es que, tal como hemos visto, la Biblia no comparte esta perspectiva. En la Biblia, no hay separación entre la teoría y la práctica, entre la teología y la aplicación, ni entre el pensamiento y la acción.
Permítanme darles dos ilustraciones genéricas breves sobre las limitaciones de un razonamiento concentrado en el “cómo” y el “cuándo”. Imagine que va a operarse y el cirujano le dice “Voy a sacarle el apéndice” pero sólo sabe de técnica quirúrgica y muy poco de anatomía. O imagine que sube a un avión y el piloto anuncia “Nuestro vuelo se dirige a Miami” pero sólo sabe cómo despegar y aterrizar, y nunca estudió aerodinámica. ¿Le confiaría su propia vida a esa persona?
¿Debería alguien confiar en nosotros si estamos desinformados y somos ignorantes, es decir, si no conocemos los “qué” y los “por qué” de la Biblia?
Piénselo seriamente. Considere el vínculo esencial que hay entre el indicativo (el hecho teológico) y el imperativo (la ética y la aplicación) de los siguientes dos pasajes (aunque la expresión específica “por tanto” no aparezca en ellos):
De los hijos de Isacar, doscientos jefes, cuyas palabras eran respetadas por todos sus parientes, pues sabían cuándo actuar y qué debía hacer Israel. (1 Cr. 12:32).
Nosotros lo amamos a él, porque él nos amó primero. (1 Jn. 4:19).
En 1 Crónicas, los hombres de Isacar “sabían” (tenían sabiduría), de modo que discernían qué era lo que Dios quería que ellos hicieran. Ellos actuaron a la luz de lo que entendieron. No actuaron sin pensar ni pensaron sin actuar. Por otro lado, ¿cuántas veces actuamos, a veces apresuradamente, sin primero entender?
Del mismo modo, en 1 Juan, vemos que es imposible saber cómo amar de forma efectiva si no entendemos primero el amor que Cristo expresó por nosotros antes, en la cruz. Para poder imitar el amor de Cristo por los demás (práctica), primero necesitamos entender su amor por nosotros (teología). Sin embargo, ¿no respondemos a veces a las necesidades basándonos en la empatía sin primero conocer el contexto? ¿No será que nuestra “ayuda”, en realidad, hace daño? ¿Nos falta sabiduría?
En la Biblia, no hay separación entre la teoría y la práctica, ni entre la teología y la aplicación. Debemos conocer ambas. En la Biblia, los “qué” y los “por qué” están íntimamente relacionados con los “cómo” y “cuándo”. En esto consiste la sabiduría: en hacer la aplicación correcta de la Verdad divina.
Por tanto, debemos descubrir por qué y cómo el “por tanto” es relevante en cada texto bíblico que es aplicable a nosotros.
Recurso para pastores y líderes: Predicando la Palabra
Sociedad Bíblica Argentina pone a disposición, de manera gratuita y online, el taller “Predicando la Palabra” a cargo del pastor Fermín IV. Esta capacitación, que se encuentra en 4 partes, se grabó en el marco del Mes de la Biblia 2015 durante una gira que se realizó por todo el país. Este recurso tiene el objetivo de llamar a pastores y líderes a volver a la centralidad de la predicación bíblica en la vida y ministerio de las iglesias locales.
Con este propósito ponemos al alcance este valioso recurso y una sugerencia de cómo sacar el máximo provecho de él. Si bien este material hará su aporte si se utiliza en forma individual, su mayor riqueza se encontrará al utilizarlo en forma grupal. Por ello, le animamos a convocar a su equipo pastoral y, por qué no, a todos los que hagan uso de la Palabra en diversos ámbitos, y proponerles reunirse durante cuatro semanas por 1 ½ horas. Esto podría proveer el espacio inicial de una verdadera renovación espiritual en su iglesia centrada en la predicación de la Palabra de Dios verso a verso.
Recursos para utilizar
Guía del Facilitador:
Descargar Introducción
Descargar Guía para la discusión grupal
Videos:
Panorama general de los libros de la Biblia
La palabra “biblia” viene del griego biblía, plural de biblíon, “libritos”. Así que la Biblia es realmente una colección de libros. Estos libros están divididos en dos secciones: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
ANTIGUO TESTAMENTO
El Antiguo Testamento narra la historia del pueblo de Israel y destaca la fe de este pueblo en el único Dios. Los autores sagrados no solo escribieron acerca de lo que Dios hizo a favor de su pueblo sino también de cómo este debía adorarlo y obedecerlo, en respuesta a su amor. A continuación se señala la forma como suelen agruparse los libros del Antiguo Testamento:
NUEVO TESTAMENTO
Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos por discípulos de Jesucristo. Estos querían compartir con sus lectores la nueva vida que se obtiene por medio de la fe en Cristo Jesús, “entregado por nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación”. Aunque hay diversidad de criterios entre los eruditos, se han incluido como “cartas paulinas” todas las que tradicionalmente se le atribuyen al Apóstol.