Traducciones

chorotes recibne la Biblia

Los Chorotes abrazan la Palabra de Dios.

El pasado 1 y 2 de octubre viajé con un grupo de hermanos hasta Misión La Paz, en el extremo norte argentino, en la ribera del Pilcomayo, justo frente al Paraguay. El motivo era muy significativo: por un lado, se celebraban los 78 años de Misión La Paz, una comunidad chorote de unos 2000 habitantes, la mayoría de ellos creyentes. Pero también se celebraban los 25 años de la traducción del Nuevo Testamento a su lengua. Y más aún: junto con el ministerio La Fe Viene por el Oír y la Sociedad Bíblica Boliviana, habíamos grabado todo el Nuevo Testamento en audio, y se entregarían las audioescrituras, para que pudiesen no solo leer la Palabra de Dios, sino también escucharla tanto en los hogares como en las comunidades.

Pero había algo más: se presentaría la película del evangelio según San Lucas dramatizado. Era un acontecimiento sin precedentes: la primera y única película en idioma chorote.

Es muy difícil transmitir en palabras lo que significó ese evento multisensorial, por lo que comparto solo algunas impresiones:

  • La comunión cristiana: en el grupo había bautistas, hermanos libres, presbiterianos, Asamblea de Dios, pentecostales independientes, anglicanos y de comunidad cristiana. Y unos 600 hermanos provenientes de Lapacho uno, de Tartagal, Santa Victoria, Pomis Ji᾿wet, La Merced Vieja, El Mistolar, La Gracia, La Estrella, Kilómetro 2, Kilómetro 1, La Bolsa, 4 de Julio y Las Vertientes (todas éstas de la provincia de Salta). Y de Lote 8 y Santa Teresa (provincia de Formosa).
  • Audio Biblia para chorotes Ruben Del ReEl ver la transformación producida por la Palabra de Dios. Los wichís y los chorotes eran pueblos enemistados que luchaban constantemente entre ellos. “Eso era antes de la llegada del evangelio”, dicen. Hoy pueden vivir unidos y hasta emparentados.
  • El ser testigos de la alegría y la curiosidad de tantos niños, abriendo ojos grandes y quedándose inmóviles al escuchar la Palabra de Dios en su idioma. Cito aquí al misionero y antropólogo Cristóbal Wallis: “El escuchar la Palabra de Dios, que es literalmente lo que los primeros wichí conversos hacían y lo que todavía hoy en día muchos hacen, significa escuchar a Dios y no simplemente leer o estudiar una palabra escrita que habla de Dios”.
  • O el poder distribuir:
    • 80 equipos reproductores de Audio-Escritura con el NT en Chorote.
    • 50 memorias para teléfonos o PC de Audio-Escritura con el NT en Chorote.
    • Dos equipos de proyección con Audio y Video con el Evangelio de San Lucas.
    • 230 NTs en lengua Chorote.
    • 170 Diccionarios bilingües Chorote-Castellano.
  • O presenciar la emoción de un pueblo al despedir a sus misioneros, Nicolás y Catherine Drayson, que durante casi 50 años trabajaron entre ellos, dejando el confort de su Inglaterra natal, en obediencia e imitación a su Señor, para darles el tesoro más precioso: el mensaje del evangelio.
  • O escuchar el canto de tantos himnos que amamos, en la lengua chorote: “Brillando, brillando, yo brillaré para Él”, “Oh, qué amigo nos es Cristo”, “Más de Jesús quiero aprender, más de su gracia conocer”, “No hay Dios tan grande como Tú”, “Cristo me ama, la Biblia lo dice así”, “En Jesucristo se halla la paz”, “En la cruz, en la cruz” y “Cuán grande es Él”, por mencionar algunos. Y participar juntos de la Cena del Señor, con himnos y oraciones en chorote, en Wichí, en chulupí y en castellano.

Comunidad Chorote¿Por qué los chorotes han creído al mensaje del evangelio? ¿Será porque unos misioneros llegaron hasta esa comunidad, les hablaron de Cristo y pusieron por escrito su lengua ágrafa, para luego traducir el Nuevo Testamento? ¿Será porque la Sociedad Bíblica se encargó de publicarlo, para que pudiera llegar a todas las comunidades? ¿Será porque el ministerio de La Fe Viene por el Oír, junto con la Sociedad Bíblica Boliviana, se encargó de instalar un estudio de grabación en medio del monte chaqueño, para que esa Palabra quedara grabada en audio y en video?

No, todas estas son pequeñas piezas de un plan incontenible de Dios. Fue Él quien quiso, en Su soberanía, que el pueblo chorote estuviese un día representado delante de Jesucristo, el Cordero de Dios. Él determinó que los chorotes pudieran cantar “un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Ap 5:9).


Testimonio de Ruben Del Ré,

Director General Sociedad Bíblica Argentina.

La importancia de la lengua materna

“Nuestro idioma es algo precioso, surge del interior de mi prójimo y fluye. Y cuando hablas es como el río que fluye. Cada tanto se detiene con su sonido hermoso, nuestra lengua suena como un canto. Y se corre, se fluye, como el río Bermejo, como la corriente de un río es nuestra lengua. Nadie la puede frenar y si de rato en rato se detiene es para que ordenes tu pensamiento, y luego sigue fluyendo y ahí descubres que tus palabras siguen yendo nomás.”  (✞ Yolanda Alfaro, anciana wichí)

Estas bellas palabras de una anciana wichí que ya no está en esta tierra, comparando su lengua con el movimiento y el sonido de un gran río, nos advierten que la lengua no es solamente una herramienta funcional que permite la comunicación entre los seres humanos. La lengua propia resuena en el interior del ser, como en un jugo amniótico preverbal. De allí la comparación con las aguas fluviales. Quitar la lengua propia es abortar la vida.

En este sentido, la denominación “lengua materna” es apropiada, pero también es correcto reconocer que, en la mayoría de los casos, la lengua materna es también la lengua paterna. Es necesario recalcar esto porque tanto la lengua como la forma de ser, lo que comúnmente se llama la cultura, es transmitida por madres y padres, mujeres y varones.

Si un joven wichí va al río para aprender a pescar, probablemente vaya acompañado de su padre o un tío. Aprende mirando y escuchando las palabras de su pariente. Es decir, a través de su “lengua paterna”. Aprende palabras, maneras de estar y relacionarse con su mundo y con los demás. Todo a través de palabras que escucha de su pariente. Hacer la red para pescar, preparar el hilo y las varillas, es todo un proceso –aún antes de ir a pescar– que tiene sus propios términos en wichí. Las distintas formas de pescar, los diferentes movimientos y técnicas, todo se explica con palabras propias de la lengua; términos para los cuales no hay traducción al castellano. Los peces con sus respectivos hábitos, las oleadas que cada especie produce y los peligros en el río, todo está presente en la lengua que el joven va recibiendo de toda su parentela.

Al expresarse en la propia lengua se va tejiendo la cultura, a la vez que se van forjando las relaciones que hacen la comunidad. Al retirar la lengua –sea materna o paterna– ¿qué queda para que el joven desarrolle su conocimiento del mundo del río y del mundo de sus prójimos?

Es la lengua lo que le permite al wichí ubicarse en su mundo y ubicarse en relación con los demás. En esta lengua, a los nietos de los hermanos se los llama también “mis nietos” y “mis nietas”, porque son miembros de lo que para un wichí es su familia. Así también quienes para nosotros serían primos, para un wichí son sus hermanos y hermanas. Descartar la lengua significaría dejar de lado el concepto de lo que es la familia para ellos.

Cada lengua tiene sus particularidades. La lengua que muere representa una pérdida de algo valioso e irrecuperable para el patrimonio lingüístico, filosófico y cultural de la humanidad. Se desperdicia una manera única de percibir el mundo en el que vivimos.

En el dialecto wichí del Pilcomayo, hay dos maneras de decir que alguien es “una buena persona”. Una buena persona para los wichí es generosa con lo que tiene, no mezquina, comparte, tiene buena palabra de consejo, es pacífica y a la vez inteligente. Tiene todas las mejores cualidades del ser humano. Las dos formas de decir todo eso son las siguientes: “lehusek ihi” y “lechowej ihi”. La primera podría traducirse: “tiene espíritu” o “tiene buena voluntad”. La segunda puede traducirse como: “tiene centro” o “tiene interior”. ¿No son iluminadoras estas dos expresiones? Sobre todo cuando las relacionamos entre sí. En una época en la que tanto pesan las apariencias, estas expresiones son una amonestación a volver a valorar lo que a los ojos no es visible.

Para un hablante de castellano, son muchos los encantos de la lengua wichí. Algunos son compartidos con otras lenguas afines: la capacidad de deslizarse entre verbos y sustantivos; los marcadores verbales que nos permiten saber si alguien presenció o no lo que nos está contando; las formas de indicar los diferentes tiempos en el pasado que en el castellano no existen. Además, los marcadores de posición agregados al sustantivo que nos indican si el objeto que se ve está parado, acostado, viniendo o yendo. Las muchas exclamaciones onomatopéyicas que expresan sensaciones corporales, visuales, auditivas y visuales. Pero, a continuación me gustaría mencionar uno en particular, que manifiesta una veta hermosamente creativa.

Ante la invasión de un mundo extraño con todas sus pertenencias y bienes ajenos, muchas lenguas indígenas no han encontrado otra manera de incorporar las cosas en su léxico más que prestando y adaptando el término de la sociedad y lengua invasoras. Los wichí, en cambio, han buscado cómo interpretar los objetos ajenos dentro del marco de lo conocido. Comenzando con lo más sencillo: la traducción de la palabra “oveja” en wichí es “como corzuela” (tson’a-taj) y el término para “caballo” es “como tapir” (yel’a-taj). El tractor se llama fwats’uj-taj, que se podría traducir “como un gran ciempiés”, por las huellas que deja en la tierra. Increíblemente, hasta el helicóptero tiene nombre en wichí. En la zona del Pilcomayo se llama chäyilun-taj, cuya traducción podría ser: “como una gran espalda que gira”. Más complicada es la traducción de la cámara de una bicicleta, l’ataj chinaj kälä ts’e. Vamos por parte:

            l’ataj    – es una contracción de la palabra yel’ataj  = “como tapir” o “caballo”.

            chinaj  – metal.

            kälä     – pierna.

            ts’e      – panza.

Así que llegamos a la traducción literal de esta expresión diciendo: “la panza de la pierna del caballo de metal”. ¡Admirable! Con razón escuchamos a muchos wichí decir, “Dios nos dio nuestra lengua”.

Cristóbal Wallis.

¡La Biblia completa en 700 idiomas!

El número de los más de 7000 idiomas en el mundo que cuentan con la Biblia Completa ha llegado a 700 por primera vez. Un poco más de 5700 millones de personas (alrededor del 80% de la población mundial) tienen ahora toda la Biblia en su lengua materna.

Este hito significativo fue reportado en agosto 2020 por el sitio progress.Bible, sitio que recopila datos de las agencias de traducción bíblica de todo el mundo, incluida Sociedades Bíblicas Unidas. Cerca de tres cuartos de las traducciones completas de todo el mundo han sido provistas por Sociedades Bíblicas Unidas.

“Es tan alentador ver 700 Idiomas con la Biblia completa”, dice el Director General de SBU, Michael Perreau. “Este es el fruto de generaciones de sacrificio y generosidad. Cada traducción bíblica toma años de arduo trabajo y dedicación. Damos gracias a Dios por los hombres y mujeres que han pasado tanto tiempo de sus vidas llevando la Palabra de Dios a sus comunidades y a aquellos que han apoyado y orado por este trabajo”.

Solo en los últimos cinco años, Sociedades Bíblicas Unidas ha completado las primeras traducciones de la Biblia completa en 50 idiomas, lo cual significa que 57 millones de personas más pueden acceder a toda la Palabra de Dios en su lengua materna.

Adicionalmente, la Biblioteca Bíblica Digital®, establecida para permitirle a cientos de millones de personas tener acceso a las Escrituras a través de sitios web y aplicaciones, recientemente alcanzó el hito de reunir en un solo lugar 2500 textos en 1622 idiomas usados por más de 5700 millones de personas.

“2020 ha resultado ser un año de gran incertidumbre, en el que muchos están buscando esperanza y confianza”, comenta el señor Perreau. Es aún más importante que las personas puedan acceder a las Escrituras en el idioma que le habla más profundamente a su corazón. Mi oración es que, en medio de los muchos desafíos que enfrenta el mundo, este será el año en que millones más descubrirán las riquezas de la Biblia por sí mismos”.  

De acuerdo con datos del sitio progress.bible, la cantidad de idiomas que cuentan con la Biblia completa casi se ha duplicado en los últimos 30 años (de 351 en 1990 a 700 en 2020).  Y fue hace 7 años solamente, en 2013, que se alcanzó el último hito de 600 idiomas, demostrando el increíble avance que se está realizando en la traducción bíblica hoy en día.

“El creciente impulso en la traducción bíblica en los años recientes es motivo de gran agradecimiento”, comenta el Director Ejecutivo del Ministerio Bíblico de Sociedades Bíblicas Unidas, Alexander Schweitzer.

“La colaboración creciente entre las agencias ha sido una parte importante de este avance emocionante, tal como lo han sido los esfuerzos crecientes para el desarrollo de comunidades a nivel comunitario. Estos factores, aunados al avance tecnológico e inversión de los apoyadores, nos ha permitido por la gracia de Dios ver estos pasos increíbles para lograr que la Biblia esté disponible para todos.  Estamos agradecidos con Dios por reunirnos a todos y por bendecir el trabajo”.

Hay mucho trabajo por delante: 1500 millones de personas aun no tienen acceso a la Biblia completa en su idioma. Por las próximas dos décadas, nuestra visión en Sociedades Bíblicas Unidas es completar 1200 traducciones, las cuales harán que las Escrituras sean accesibles a 600 millones de personas”.

Para más información, visite http://www.unitedbiblesocieties.org/

¡Nuevas historias! Biblia para Niños LSA

Con alegría presentamos cinco nuevas historias bíblicas ilustradas en Lengua de Señas Argentina.

Estas son parte del proyecto “Biblia para Niños en Lengua de Señas Argentina” y se suman a las diez historias ya publicadas en diciembre de 2019.

Como las historias anteriores, estas se difundirán libremente, y seguramente serán vistas por miles de niños Sordos que viven en nuestro país. 

Esta es una Biblia que no se puede leer ni escuchar. La Biblia para niños en LSA es sólo visual.

Es el Espíritu Santo quién muestra a Dios en un lenguaje de señas y es el mismo Espíritu que se comunica con las personas Sordas, de tal manera que podríamos afirmar: Sí, ¡Dios también nos habla en señas!

Este es un proyecto realizado por Sociedad Bíblica Argentina y LETRA, Latinoamericanos en Traducción y Alfabetización.

Si desea acompañar este y otros proyectos de traducción de la Biblia en LSA, lo invitamos a realizar su aporte ingresando aquí.

El arte de la traducción

Según la definición del diccionario, «traducir» es expresar en una lengua lo que está escrito o se ha expresado antes en otra. Sin embargo, cuando hablamos de traducciones bíblicas nos referimos a mucho más que eso, porque una traducción formalmente correcta no sería suficiente tratándose de las Escrituras.

Es posible que alguien piense que para hacer una traducción basta con conocer bienel idioma de origen y el idioma receptor y seguir algunos métodos técnicos, pero esto produciría una traducción formalmente correcta, aunque sin vida y deshumanizada.

Traducir es un arte, y uno de los objetivos fundamentales de las Sociedades Bíblicas Unidas es la traducción de la Biblia de manera que cualquier persona que la leaen su propia lengua reciba el mensaje que los autores en la lengua original quisieron transmitir.

Estos son algunos de los desafíos más importantes que un traductor debeenfrentar al traducir la Biblia a una lengua indígena:

1. El idioma indígena contiene expresiones idiomáticas únicas.

Una característica de la literatura oral es el uso de la onomatopeya yde la repetición sonora para representar una acción verbal. El Salmo 18.13dice: «Tronó en los cielos Jehová». Una Biblia quechua emplea el término onomatopéyico «kununununumun» para traducir el verbo tronó, imitando el sonido del trueno.

2. Es posible que los elementos de la narración bíblica existan, pero con otra carga temática.

Para los indígenas del norte argentino, los frutos del algarrobo son un elemento básico de la alimentación, símbolo del buen comer. En la parábola del hijo pródigo el hijo se ve forzado a mendigar las algarrobas que comían los cerdos. Si esto se traduce literalmente resulta incomprensible o por lo menos contradictoria. El relato de Lucas 15 habla de una gran hambre, y al mismo tiempo señala que había algarroba para comer. Al hacer la traducción, es necesaria una adaptación cultural del nombre del fruto a incluir en esta parábola.

3. Muchas veces, el idioma indígena es más rico que el idioma base o dominante.

La riqueza y variedad de la fauna y flora en su tipo y multiplicidadidiomática pone en serio aprieto al traductor. Por ejemplo, Marcos 1.6 relataque Juan el Bautista «comía miel silvestre». En la lengua wichí hay 18 palabras para referirse a ese tipo de miel, en el toba hay 10, en la lengua chorote, 7 u 8. El texto bíblico no especifica el tipo de miel silvestre, pero el traductor del Chaco (recolector de miel) debe usar la palabra exacta, puesno hay una palabra genérica para referirse a ella.

4. Las categorías de pensamiento de su cultura, a veces, predisponen al traductor indígena.

Por ejemplo, los zapotecos de México hicieron unainterpretación monetaria del diezmo, e interpretaron que se trataba de dar sólo10 centavos.
De igual manera, cuando los indígenas hicholoén de México, se encontraron con el pasaje en donde Jesús dice: «En la casa de mi padre, muchas moradas hay», pensaron que se trataba de casas de color morado.

5. La experiencia diaria deja huellas en el pensamiento de un pueblo, lo que muchas veces dificulta la comprensión bíblica.

El hambre, la pobreza y marginalidad a los que son sometidos la mayoría de los pueblos indígenas, dejan huellas en el pensamiento. Los grupos étnicos del Chaco paraguayo han sufrido una constante escasez de víveres y, muy amenudo, hambruna. Por consiguiente, cuando hay comida, la comen. No les cabe la idea de tener víveres o comida almacenada y decidir no comer. Esto presentó dificultades para interpretar el ayuno bíblico. Por eso, fue preciso traducirlo explicando el concepto: «dejar de comer por un tiempo con el propósito de dedicarse al culto o al servicio a Dios».

6. Los modismos pueden ser tan diferentes, que modifican el sentido del pasaje si no se los adapta.

Los modismos son un género propio de un determinado idioma. La Biblia habla del «corazón duro» indicando la terquedad o el entendimientoentenebrecido de una persona. En cambio, para los shipibo, de la selva peruana, tener un «corazón duro» es algo deseable y loable, pues se refiere a una persona valiente. Cuando quisieron expresar la idea bíblica de «corazón duro», ellos tradujeron: «sus oídos no tienen huecos».

La idea de corazón como el centro de la personalidad humana aparece con frecuencia en el relato bíblico. En el sermón del monte, Jesús dice: «Bienaventurados los de limpio corazón». Bien sabemos que esto es una figura, ya que el corazón en un órgano. El problema es que en otras culturas el órgano usado para referirse al centro de una persona, es el hígado, no el corazón. En estos casos el texto bíblico debe decir: «Bienaventurados los de limpio hígado».

7. La geografía puede complicar o hasta contradecir el mensaje bíblico.

Como todos sabemos, en el norte argentino no hay nieve; por eso, en textos como en el Salmo 51.7 «… más blanco que la nieve», los traductores emplean figuras de su cultura: «más blanco que el algodón».

8. El hábitat cultural puede complicar la traducción de determinados pasajes.

A veces, los elementos culturales cotidianos y el hábitat pueden complicar la traducción de determinados pasajes. Por ejemplo, en Apocalipsis3.20 leemos: «Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos». En algunas culturas del sudeste de Asia, traducir de esta manera podría prestarse a una interpretación errónea, porque tocando a la puerta es como el amante le comunica a la chica su deseo de que se encuentre con él en alguna parte.

Sin embargo, para los basanaki, pueblo de África Oriental,esta misma frase implicaría que Jesús es un ladrón, puesto que solamente los ladrones tocan a las puertas para saber si hay alguien en la casa. Las personas honradas llaman a los de la casa por sus nombres, y al hacerlo ellos mismos se identifican.

En otros pueblos de África viven en chozas que no tienen puertas, sino agujeros. ¿Cómo traducir el pasaje? En esa traducción, y teniendo en cuenta que la forma adecuada de anunciarse es toser al costado de la choca para que se le invite a entrar, en la traducción se lee: «He aquí, yo estoy al costado de la choza y toso».

9. La lógica propia de cada cultura determina su idioma.

Para los shilluks del Sudán «un gran corazón» tiene alguien que es avaro, mientras que «pequeño corazón» se usapara referirse a alguien muy generoso. La lógica es clara: quien tiene un gran corazón es la persona que acumuló todo lo que ha querido en su corazón. El generoso lo dio todo, y por eso su corazón es pequeño.

10. A veces, no existen palabras en el idioma a traducir, para algunos términos básicos del lenguaje bíblico.

Hay palabras muy importantes dentro del relato bíblico, que simplementeno existen en algunas lenguas. Es el caso de la palabra «perdón» enel idioma esquimal. Para expresar el término hubo que reconstruir el concepto. La traducción en lengua esquimal, en lugar de perdón, dice: «Incapaz de pensar en ello nunca más».

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La Biblia y la cultura de nuestros pueblos originarios

La primera edición de la Palabra de Dios en una lengua originaria de la Argentina, corresponde al evangelio de Lucas en yagán en el año 1881. Esto significó el inicio de las traducciones bíblicas para nuestros pueblos autóctonos.

Tiempo después, se publicarían el evangelio de Juan y el libro de los Hechos de los Apóstoles. Esos fueron los únicos libros de texto en esa lengua, del sur argentino, hoy ya extinguida.

Según escribe el historiador Arnoldo Canclini en su libro «Así nació Ushuaia», la Sociedad Bíblica imprimió 1.000 ejemplares de cada uno de estos libros. Fueron distribuidos entre los indígenas, que lo leían en sus casas, en la escuela y en la iglesia. Es dramático pensar que, cuando se hizo la última edición, el número de indígenas era menor que el de libros, ya que en 1886 solo quedaban 397 yaganes en el archipiélago.

La creencia general de que algunos indígenas hablan usando sólo unos cuantos vocablos sin ton ni son, ni gramática, es totalmente falsa. Cada lengua indígena es un idioma bien desarrollado y tan complejo como cualquier otro idioma.

Llamar a estos idiomas despectivamente dialectos es rebajar la mentalidad y el lenguaje de nuestros hermanos indígenas, quienes tienen todas las capacidades y recursos de lenguaje necesarios para expresar sus ideas, emociones y anhelos.

Volviendo al ejemplo de la lengua yagán, Thomas Bridge, misionero anglicano, dejó una obra monumental: el diccionario del idioma yagán. Respecto a esta lengua, Darwin había dicho que «apenas merecía el nombre de lenguaje articulado y que se parecía al ruido que emite un europeo al hacer gárgaras», no obstante tan despectivo comentario, el diccionario elaborado por Bridge contenía 32.000 palabras. ¡Muchas más que las que Darwin conocía en su propio idioma!

Bridge, en cambio, consideraba esta lengua «suave, agradable y sonora». Se dice que la forma de vida de los yaganes, que los obligaba a guarecerse en sus chozas durante largas tormentas, y a pasar mucho tiempo conversando, era una de las razones para tal prodigio, ya que los relatos que vivían imaginando los yaganes aguzaban la significación de los términos; porque el idioma es mucho más que una serie de palabras agrupadas con gramática. Es una manera de ver al mundo, una cosmovisión propia.

Ernesto Cardenal, en un encuentro paralelo del III Congreso Internacional de la lengua española (realizado en la ciudad de Rosario, en noviembre 2004) dijo al respecto: «Cuando se pierde una lengua, es una visión del mundo lo que se pierde».

Es ya sabido que una de las áreas de discriminación más severas que sufre el indígena es la del idioma. Es muy raro el caso en que un indígena se le aprecie por lo bien que se exprese en su idioma materno; por lo general se los ridiculiza y discrimina.

(Por Marcelo Figueroa)

Problemas de traducción

Cuando uno examina un texto para traducir a otro idioma, se presentan ciertos rasgos que apuntan a la existencia de problemas subyacentes. La serie que transcribimos a continuación comprende algunos de los rasgos más comunes
causantes de dificultades:

Frases idiomáticas
En la medida en que reflejan rasgos culturales muy específicos, las frases idiomáticas son una fuente probable de complicaciones en la traducción. Una expresión como «sobre Edom echaré mi calzado» (Salmos 60.8) tiene que analizarse cuidadosamente y su sentido debe determinarse a cabalidad antes de cualquier intento de traducción, pues ella hace referencia a la posesión de la tierra y no a su rechazo.

Sentidos figurados
Difieren de las frases idiomáticas en que la extensión figurada del sentido afecta solo a una palabra dentro de una expresión determinada. Deben ser objeto de recelo por cuanto ellos también suelen estar íntimamente ligados a peculiaridades culturales. En la frase «el que siembra para su carne» (Gálatas 6.8), el termino «carne» no puede tomarse literalmente. Alude a los deseos naturales del ser humano.

Objetos inexistentes en la cultura receptora
Palabras como «león», «camello», «mostaza», «barco» o «filacteria» identifican objetos que para algunas culturas no son originarios. Eso no significa que los lectores de la cultura receptora no sepan o no puedan aprender lo que son tales objetos. Sí significa que a menudo hay que brindarles alguna asistencia, de modo que la información necesaria pueda transmitirse adecuadamente.

Actividades que podrían parecer extrañas a los miembros de la cultura receptora
Si, por ejemplo, las prácticas agrícolas de una comunidad han probado durante siglos que el cultivo mixto es altamente benéfico, puede resultar absolutamente incomprensible que se ordene no sembrar los campos con mezcla de semillas (Levítico 19.19). Quienes utilizan bueyes para arar generalmente estarán de acuerdo con que un buey y un burro no podrán arar juntos (Deuteronomio 22.9). Sin embargo, para los que no estén familiarizados con el uso de animales de tiro, tal prohibición carece de sentido. Muchas personas encuentran que pisotear el grano usando bueyes es una práctica dispendiosa, máxime si los bueyes no están abozalados.

Presuposiciones implícitas que sean contrarias a las de la cultura receptora
Las suposiciones pertenecientes al tabú (positivo) asociado con el Área del Pacto pueden ser contrarias a creencias propias de la cultura receptora.

Expresiones relativas a las vivencias psicológicas
Las expresiones de «amor», «odio», «gozo» y «placer» suelen estar en íntima relación con alguna parte del cuerpo por ejemplo «corazón», «entrañas» o «riñones» pero en cada caso pueden entrar en juego conjuntos de asociaciones muy diferentes. En las Escrituras, por ejemplo, el «corazón» es primordialmente el centro de la percepción intelectual y la conciencia moral, antes que el núcleo de las emociones como es el caso en la mayoría de las lenguas europeas.

Términos extremadamente genéricos
Términos altamente genéricos que en primera instancia dependan de categorías conceptuales más que perceptivas —por ejemplo, «poder», «sabiduría», «conocimiento», «bondad», «maldad», «vida»— tienen que ser analizados concienzudamente para determinar si algunos de los componentes semánticos reflejan conceptos especiales de la lengua receptora. Por ejemplo, en las Escrituras, «conocimiento», especialmente en frases como «conocimiento de Dios» y «conocimiento del mal», se refiere a la experiencia, más que a la información.

Formas lingüísticas completamente diferentes de las de la lengua receptora
Rasgos tales como las preguntas retóricas, el uso de «nosotros» cuando el referente es «yo» y los imperativos en tercera persona (por ejemplo: «hágase la luz») pueden plantear serias complicaciones en el trabajo de traducción.

Secuencias de acontecimientos en orden no histórico
Cuando los sucesos narrados en un texto se dan en un orden no cronológico, el traductor deberá estar atento a dificultades posibles e incluso probables. Por ejemplo, en Marcos 1.43 el texto dice que Jesús despidió a un leproso, mientras que el versículo 44 contiene las instrucciones que Jesús le dio antes de que el hombre saliera.

Estructuras poéticas
Plantean dificultades a la hora de seleccionar formas equivalentes, pues las de la lengua fuente y las de la receptora casi nunca son iguales. Por otro lado, el hecho de que las estructuras poéticas se inclinen hacia un alto porcentaje de lenguaje figurado permite prever aún más complicaciones. También debe tenerse en cuenta el persistente paralelismo que caracteriza las estructuras poéticas hebreas. Es difícil encontrar estructuras paralelas similares que no sean equívocas como también lo es compensar la pérdida de énfasis que ocasiona el uso de otros mecanismos equivalentes.

Unidades mayores del discurso
Los traductores tienden a pasar por alto algunos elementos importantes propios de las unidades mayores del discurso, como es el caso de los conectivos (partículas que relacionan un término con sus antecedentes y consecuentes), las expresiones del entorno (lugar y tiempo) y los indicadores de género literario. En griego, por ejemplo, la marca que identifica el género de la parábola suele ser el pronombre indefinido tis, el cual combinado con antropos a menudo se ha traducido erróneamente como «cierto hombre», aunque debería reestructurarse como «había una vez un hombre».

Extraído de «Significado y diversidad cultural», publicado por las SBU.

La Biblia y los pueblos autóctonos

Las culturas a las que pertenecieron los autores de los libros de la Biblia, los
traductores castellanos y los traductores indígenas son muy diferentes. Los
idiomas reflejan esas realidades; por ello, los traductores necesitan reconocer
las diferencias de cosmovisión y cultura para poder hacer traducciones más
fieles.

La expresión que en una lengua y cultura significa una cosa, en otra quiere decir otra. Por ejemplo, en español, la repetición por lo general significa énfasis: «Estuviste muy, pero muy bien». Pero en Filipinas, en el idioma hilagaynon, la repetición indica lo opuesto; por eso, en la traducción de la expresión bíblica «en verdad, en verdad», debe escribirse sólo una vez si se quiere mantener la fuerza del énfasis. Por otra parte, en el idioma indonesio la repetición significa pluralidad.

La expresión «un gran corazón» tiene diferentes significados dependiendo de la cultura en la que se use. Para nosotros, significa «generosidad». Para los huaves del sur de México, esa expresión significa «valentía»; para los tzeltales de la misma región, significa «perdonador». Para los shilluks del Sudán, en Africa «un gran corazón» se dice de alguien que es avaro, mientras que «pequeño corazón» se usa para referirse a alguien muy generoso. La lógica aquí es clara: quien tiene gran corazón es la persona que ha acumulado todo lo que ha querido y podido en su corazón. El generoso lo ha dado todo; por eso su corazón es pequeño.

También se debe prestar especial atención a la traducción de conceptos teológicos importantes. La idea de «perdón» se expresa de diferentes maneras en diversos idiomas: «borrar una ofensa», «olvidar la falta», «echar afuera el pecado», «escupir sobre el suelo frente al otro», «no colgar mandíbulas». En el idioma shilluk del Sudán, la expresión «escupir en el piso frente al otro» se ha usado al final de un juicio. Los testigos exigían a los contendientes, después que la falta se pagaba o castigaba, a escupir frente al otro para indicar que el caso se olvidaba de por vida.
En Nueva Guinea, entre las tribus de la región del río Baiyer, la expresión «no colgar mandíbulas» está relacionada con la tradición de la cacería de cabezas y la venganza. La familia, antes de sepultar a la víctima, cortaba la mandíbula del difunto, le quitaba la carne y la colgaba en la entrada de la casa como símbolo de la voz de la persona muerta. Ella recordaba a cada miembro de la familia que en algún momento, en el futuro no lejano, ellos deberían vengar la muerte del familiar, matando a un miembro de la tribu o clan enemigo. Sin embargo, cuando llegó el cristianismo, al descubrir que Dios los había perdonado en Cristo, ellos descolgaron las mandíbulas y las quemaron. Decían: «Si Dios ya no cuelga mandíbulas contra nosotros, tampoco nosotros lo debemos hacer contra otros».

Todos estos ejemplos muestran algo muy importante: si bien no se puede encontrar siempre palabras y expresiones paralelas en cada idioma para expresar un pensamiento, no hay idioma en el mundo en el que no se pueda traducir una idea del cerebro humano. En muchos casos, como en el ejemplo de Nueva Guinea, será necesario utilizar frases descriptivas, pero la idea se podrá comunicar tan fiel como el significado del original.

Otros ejemplos son: el vocabulario de guerra, las montañas, las rocas (guaraní, lenguas en chaco paraguayo). Cuando se tradujo Proverbios 14.4 al maya, el traductor se encontró con el problema de la práctica del uso de los bueyes para labrar la tierra.

El proverbio dice así: Sin bueyes el granero está vacío;
Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.

Pero en Yucatán, por muchas razones el campesino no usó ni usa bueyes para la labranza. En realidad, no usa el arado. ¿Cómo traducir este proverbio de manera comprensible para un pueblo que no conoció ni conoce esa práctica? La traducción de este proverbio en maya quedó más o menos así:

Enfermo, el campesino no puede trabajar.
Pero con salud, su familia tiene comida suficiente.

Otro de los problemas en la traducción de conceptos en idiomas indígenas lo ofrecen los nombres divinos. En la mayoría de nuestros pueblos, los españoles impusieron la palabra «Dios» para hablar del Dios de la tradición cristiana. Esta palabra se transliteró de maneras diversas, y es la palabra que se usa para referirse a Dios: «jajal Dios», «Diyu», etc. Sin embargo, esta palabra, por tener significado cero, no comunica con profundidad la carga conceptual que tienen las palabras indígenas.

Más y más en las Sociedades Bíblicas Unidas se está insistiendo en usar palabras ya existentes en los idiomas indígenas. Por ejemplo, en maya, en las dos primeras versiones del Nuevo Testamento, se usó la palabra «Dios», pero ahora, después de mucha deliberación y consulta se decidió usar el título «Hunab Kú»; conocido y usado en la época en que vinieron los españoles.

NATURALIDAD Y ACEPTABILIDAD
Uno de los problemas más grandes que tenemos al traducir la Biblia a lenguas indígenas es el asunto de la aceptabilidad. Como consultores de las Sociedades Bíblicas Unidas quisiéramos que los traductores aplicaran los mejores métodos y principios de traducción que nos han enseñado la lingüística y la exégesis modernas.
Que las traducciones sean fieles en el sentido y resulten en obras de gran valor literario; que suenen natural a los lectores y oyentes. Sin embargo, siempre existe el temor de producir una traducción que no tenga el sabor de tal o cual versión en el idioma nacional y oficial. Esto es especialmente cierto en relación con la versión Reina-Valera. Sólo mediante este proceso educativo estaremos listos para entender mejor el por qué de las diferencias, si existiera alguna.

(Edesio Sánchez Cetina/LaBibliaWeb.com/SBU)

La importancia de traducir la Biblia

Que cada grupo humano pueda entender el mensaje del evangelio en la lengua de su corazón, el idioma en el que piensa y sueña.

La pregunta que muchas veces nos hacen es: ¿Por qué los cristianos se esfuerzan tanto en traducir la Biblia? Después de todo, la traducción de los libros sagrados en algunas religiones representa un problema teológico importante. Cito de Wikipedia:
 
Según teólogos islámicos una Traducción del Corán del árabe en otros idiomas no es posible, porque cada traducción ya incluye una interpretación. Se recomienda la lectura del texto original árabe. Toda traducción es sólo un acercamiento al mensaje coránico, por lo que ningún estudio del Corán puede ser considerado serio si no es un estudio basado en el texto árabe original.
 
Es interesante notar que para algunos que se hacían llamar cristianos, la traducción bíblica tampoco era una buena idea. Uno de los más acérrimos enemigos de Wycliffe escribió:
 
“John Wycliffe ha traducido el evangelio, que Cristo confió al clero y a los doctores de la Iglesia, para que pudieran administrarlo convenientemente a los laicos… Wycliffe lo ha traducido del latín al inglés, que no es precisamente el idioma de los ángeles. Como resultado, lo que antes solo estaba en el conocimiento de estudiados clérigos y de personas de buen entendimiento, ahora se ha convertido en algo corriente y al alcance de los seglares; de hecho, hasta las mujeres pueden leerlo. Como resultado, las perlas del evangelio han sido esparcidas y echadas a los cerdos”.
 
Esto no ocurrió solamente en la Europa de Wycliffe; también impactó en la incipiente colonia española, hoy llamada República Argentina. Así que en 1569, mediante la cédula que establecía la Inquisición en América, Felipe II también decretaba “la censura de las biblias en lenguaje vulgar (o sea, en castellano), al igual que pinturas indecentes y otros libros prohibidos, y en los puertos los comisarios debían examinar que no entrase nada de esto en las colonias. O sea, la Biblia (traducida) estaba dentro de los objetos prohibidos, compartiendo la lista con, por ejemplo, las figuras indecentes.
 
Pero en el mismo año que se establecía la Inquisición, más precisamente el 26 de Septiembre de 1569, salía de la imprenta la traducción bíblica al español realizada por Casiodoro de Reina, que tendría su primera revisión en 1602 por Cipriano de Valera, convirtiéndose en la traducción Reina Valera, la de mayor circulación en el mundo de habla hispana.
 
Es así que los cristianos creemos que la traducción bíblica no es algo que debe ser sólo permitido sino también anhelado, alentado, estimulado. Hay jóvenes que dejan sus potenciales carreras exitosas para internarse en una cultura, aprender una lengua, probablemente crear la gramática, y dejar como resultado la traducción de la Palabra de Dios. Hay familias que se trasladan de un continente a otro, abandonando sus comodidades, con nietos viviendo lejos de los abuelos, para que un pequeño grupo, a veces de unos pocos cientos, tenga la Biblia en el lenguaje de su corazón.
 
¿Por qué?
 
Bueno, podríamos citar muchos motivos para la traducción:
 
• Por un lado, existe una motivación antropológica: proteger y reforzar las culturas y lenguas minoritarias del mundo, que están siendo absorbidas por los idiomas mayoritarios. Como Sociedad Bíblica Argentina podemos dar testimonio del impacto de las traducciones en las comunidades que servimos. Los hermanos wichís no sólo dicen “ahora tenemos la Biblia en nuestro idioma” sino “ahora tenemos nuestro idioma”. Es como si dijeran: “la Palabra de Dios nos dio nuestras propias palabras”. Y esto ha ocurrido no sólo con las lenguas minoritarias, sino también con muchos de los idiomas principales, como el alemán.
 
• Una segunda motivación, podríamos llamarla misionológica: que cada grupo humano pueda entender el mensaje del evangelio en la lengua de su corazón, el idioma en el que piensa y sueña. Había un misionero leyendo la Biblia en castellano a un grupo de personas pertenecientes a una etnia del norte argentino. Y leía el pasaje de Gálatas 5: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas… envidias, borracheras…” y no pasaba nada. Enseguida comenzó a leer el mismo pasaje en la lengua de la etnia, y un hombre se levantó expulsado de su asiento diciendo: “¡Pero nosotros hacemos todo eso!”
 
• Hay una tercera motivación, que podríamos encuadrarla como sociológica. Un resultado derivado de la traducción bíblica ha sido eliminar los sentimientos de inferioridad de estas etnias. Rafael Mansilla, cacique Toba Qom y uno de los traductores de la Biblia a su propia lengua, nos comentaba hace unos meses: “Hace 30 años nos daba vergüenza hablar en idioma delante de la gente no indígena, pero ahora estamos muy orgullosos de nuestra lengua. Y esto se produce por la lectura de la Biblia”. Es más, los mismos misioneros que han estado trabajando con ellos nos dicen que a través de la Biblia ellos descubren que Dios no hace acepción de personas, que no son menos valiosos que el blanco que los conquistó, y eso les hace – en muchos casos – levantarse a reclamar sus derechos.
 
Pero sobre todos estos motivos, hay una motivación teológica para la traducción, que es central a nuestra fe. En realidad, la traducción no es sólo un recurso para que todos los pueblos conozcan el evangelio: la traducción es un componente central del evangelio.
 
Un gran historiador del cristianismo escribe lo siguiente: “La fe cristiana se basa un acto divino de traducción: ‘La Palabra (el Verbo) se hizo carne, y habitó entre nosotros’ (Juan 1.14). La encarnación es traducción. Cuando Dios en Cristo es hizo hombre, la divinidad fue traducida a humanidad, como si la humanidad fuese la lengua receptora”.
 
Hebreos 1.3 lo dice claramente: “Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza” (RVA). Y Pablo le escribe a los Colosenses: “Él es la imagen del Dios invisible” (1.15).
 
Es más, es gracias a este acto de traducción que hoy tenemos un evangelio que predicar. Cristo participó de carne y sangre, dice la carta a los Hebreos, y “debía ser en todo semejante a sus hermanos (la lengua receptora), para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo” (Heb. 2.17).
 
Justamente una de las tareas centrales de la Sociedad Bíblica Argentina (como miembro de la fraternidad de las Sociedades Bíblicas Unidas) es que el mensaje de la Biblia pueda llegar a cada persona y etnia de nuestro país en un idioma que pueda entender.
 
Y para esto ha trabajado durante casi 200 años en la traducción de las Escrituras a las distintas lenguas de nuestro pueblo. En muchos de estos casos se trataba de lenguas ágrafas, o sea, que no tenían escritura, lo cual llevó enormes esfuerzos para la creación de alfabetos y reglas de gramática, convirtiendo a la Biblia en el único libro que algunas de estas comunidades poseen. Entre 1881 y 1886 se hizo la traducción al ya extinguido idioma Yahgan, luego al Mocoví, al Pilagá, al Chorote, al Wichí, al Quichua Santiagueño, al Toba del Oeste. Y en los primeros días de Mayo de este año, tendremos el acto de cierre de la traducción de la Biblia completa al Toba Sur (o Toba Qom).
 
Muchos han orado por este ministerio en los últimos 200 años. ¿Te sumarás al ejército de intercesores?
 
 
Ruben A. Del Ré
Director General de la Sociedad Bíblica Argentina