En junio de 2017 sucedió algo impensado: la primera Biblia completa en uzbeko se lanzó públicamente en la capital, Tashkent, y recibió la aprobación oficial por el gobierno uzbeko. El evento fue auspiciado por la Iglesia Rusa Ortodoxa, que desempeñó un papel importante en el camino hacia la aprobación oficial. Estuvieron presentes representantes de varias iglesias (oficialmente registradas) en Uzbekistán y un representante del Ministerio de Asuntos Religiosos. Seis meses antes de este hecho se temía que la nueva traducción iba a tener que ser distribuida de manera no oficial. Este milagro fue una gran alegría para el equipo, ya que algunos miembros habían trabajado cerca de 22 años en este proyecto.
El camino a este evento fue largo. El publicador, el Instituto para la Traducción Bíblica (IBT, por sus siglas en inglés) en Moscú, había publicado una traducción del Nuevo Testamento, Génesis y Salmos en 1992
Después de los eventos en Andijan en 2005, en el cual cientos de personas uzbekas que protestaban fueron asesinadas por las fuerzas del gobierno, el clima político comenzó a cambiar rápidamente. Uzbekistán comenzó a sacar a los expatriados y gran parte del equipo fue forzado a irse, por lo que fue imposible continuar el trabajo dentro del país.
Durante los años siguientes, a los nacionales uzbekos no se les permitía más ser miembros de las comunidades cristianas y las iglesias uzbekas tenían que funcionar encubiertas. La policía secreta registraba las casas, confiscaba literatura cristiana, computadoras y arrestaba a las personas. Aun así, el equipo continuó su trabajo fielmente y los traductores al interior del país trabajaron arduamente para asegurar que las traducciones fueran revisadas y probadas adecuadamente.
A finales de 2016 se imprimió la Biblia en uzbeko. Pero nadie esperaba el milagro que sucedió: el gobierno aprobó la traducción. Durante las celebraciones en junio de 2017 solamente las iglesias oficialmente aprobadas, tales como la rusa ortodoxa, la católica romana, la evangélica luterana y la bautista rusa pudieron asistir. Las pequeñas iglesias uzbekas nacionales que funcionan en casas todavía funcionan encubiertas. Pero ahora tienen una Biblia en su propio idioma y el tener una copia ya no es un delito.