El celebrar 190 años de la llegada de la Biblia a nuestra patria nos mueve a algunas
palabras de agradecimiento:
• A Dios, quien nos dejó su Palabra e hizo posible que la recibiéramos en el
inicio de nuestra Nación.
• A la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, por su visión y generosidad al
enviar no solo Biblias sino personas que dedicaron su vida a la difusión del
evangelio.
• A las Sociedades Bíblicas hermanas, que nos ayudaron a producir materiales
en los varios idiomas.
• A la Sociedad Bíblica Americana que nos donó el edificio de la calle
Tucumán sede de nuestra institución.
• A los llamados “colportores”, que viajaron en situaciones muy precarias por
todo el país y el continente sembrando La Palabra.
• A los traductores de los distintos grupos originarios que por años trabajaron
para que la Biblia fuera leída en sus lenguajes.
• Al personal de todas las épocas que se brindaron más allá de sus fuerzas para
poner a disposición de las distintas comunidades el libro sagrado.
• A los líderes evangélicos que fueron miembros de las distintas Comisiones
Directivas de la Sociedad Bíblica Argentina y que bregaron para que la
Palabra estuviera al alcance de los habitantes de nuestra patria.
A todos nuestra profunda gratitud.
