03 diciembre de 2021 | Dra. Mirta L. Cuomo
Cuando notamos que alguno de nuestros alumnos presenta disfunciones en el comportamiento, mala conducta, espacios de silencio, reacciones bruscas, conductas disruptivas, etc. comenzamos a dudar si se trata solo de un mal día, si es una característica de su personalidad o quizás se trate de un caso de discapacidad. En las clases bíblicas y otras actividades para niños en las iglesias, no siempre tenemos contacto con los padres y otros familiares cercanos.
Comencemos subrayando que las conductas disruptivas siempre están comunicando algo; por lo tanto es necesario comprender su significado y qué es aquello que nos está queriendo comunicar. Existen algunas circunstancias que ayudan a diferenciar si la disrupción conductual se debe a motivos emocionales, trasfondos contextuales, trastornos neurobiológicos, etc. Por ejemplo:
La alimentación deficitaria y la desnutrición influyen en el desarrollo del sistema nervioso y pueden producir hiperactividad, disminución en la capacidad intelectual y muchas otras dificultades conductuales. [Lectura recomendada: “Pobre Cerebro” –Lipina]
Comencemos subrayando que las conductas disruptivas siempre están comunicando algo; por lo tanto es necesario comprender su significado y qué es aquello que nos está queriendo comunicar. Existen algunas circunstancias que ayudan a diferenciar si la disrupción conductual se debe a motivos emocionales, trasfondos contextuales, trastornos neurobiológicos, etc. Por ejemplo:
Condiciones de vivienda, alimentación y contexto familiar
– La alimentación deficitaria y la desnutrición influyen en el desarrollo del sistema nervioso y pueden producir hiperactividad, disminución en la capacidad intelectual y muchas otras dificultades conductuales.
[Lectura recomendada: “Pobre Cerebro” –Lipina]
– La violencia puede presentarse dentro del núcleo familiar íntimo, o del círculo familiar extenso (parentela). Puede haber violencia intra familiar simbólica, física –desde golpes hasta violaciones–, verbal, emocional, etc.
El niño que presenta conductas disruptivas por motivos de violencia familiar, busca ayuda, procura llamar la atención, quiere que lo escuchen y lo miren. Puede ser oposicionista, puede golpear a los compañeros y tratar mal al docente, porque estará reproduciendo lo que recibe.
Para conectar con ellos se recomienda sentarse a su lado y escucharlos, prestarles atención, no “asustarse” por su mala conducta sino escuchar lo que dicen, prestar atención a sus explicaciones, y tratar de reflexionar sobre las consecuencias.
Las víctimas de violación pueden presentar algunos indicadores, que no siempre serán visibles al ojo no experto. Fundamentalmente se observa un marcado cambio de conducta (de un día para el otro): hablaba y deja de hablar; se lo veía feliz y de repente está taciturno o aislado; se lo puede ver temeroso; cuando se le habla levanta la mano en defensa como si le fueran a pegar; controlaba esfínteres y ahora presenta incontinencia; etc. Pero no siempre es así; pudo haber una violación y no presentar estas señales. Además, la incontinencia puede estar asociada a la llegada de un hermano/a, situaciones de celos, separaciones, etc.
[Lectura recomendada: “Más que maestros” -Bety Constance]
Discapacidad
Un niño con disrupciones conductuales causadas por algún trastorno neurobiológico aún no diagnosticado, puede además provenir de un contexto desfavorable; tal como mencionamos antes, puede convivir violencia, mala alimentación, haber sido víctima de violación, etc. Un trastorno neurobiológico, complicaría el cuadro. Existen signos de alarma que podrían indicar algún trastorno neurobiológico:
a. Prefiere estar solo.
b. No mira a los ojos; esquiva la mirada de manera consistente; no sostiene la mirada; no responde cuando se lo llama por su nombre; gira la cabeza, mirando a su interlocutor, y respondiendo verbalmente.
c. A los tres años de edad un niño pronuncia frases al menos de tres palabras, y puede relatar algo que le sucedió. Si no lo logra, podemos considerar algún tipo de trastorno.
d. Aún expresando un lenguaje fluido, no responde a una pregunta sino que continúa con su tema de habla y no le interesa lo que el adulto le dice.
e. Aunque se expresa con un lenguaje fluido, parece que habla como un extranjero (mejicano, por ejemplo).
f. Repite textualmente frases de películas, dibujos animados o jingles.
g. Habla en tercera persona, en neutro.
h. No presenta intención de comunicarse, ni con gestos ni con palabras.
i. Cuando hay mucha gente o ruido, se altera.
j. No acepta abrazos; le molesta que le brinden afecto.
k. Hiperactividad: se mueve mucho, no para ni un momento. Si bien la hiperactividad esta presente en muchos niños, puede estar relacionada a discapacidad, aunque también puede ser debido a asuntos emocionales y de violencia.
l. Teniendo lenguaje fluido, no puede establecer relaciones con el resto de los niños, ya que los agrede físicamente o verbalmente. También puede expresar frases desubicadas en el contexto. Estas actitudes pueden surgir en niños con problemas emocionales o en niños con algún tipo de trastorno neurobiológico. Prestar atención si presenta dos o más de las señales mencionadas.
m. No realiza juego simbólico; su juego es atípico (afila o apila objetos).
n. Se queda mirando fijo un ventilador o una luz fuerte.
o. Realiza movimientos estereotipados con sus manos.
[Lectura recomendada: https://autismodiario.com/2020/04/15/la-delgada-linea-entre-el-autismo-y-la-discapacidad-intelectual/ ]
Si bien estas consideraciones son signos de alerta en el desarrollo del niño, no detemrinan en sí mismas un diagnóstico, el cual debe ser confirmado por un profesional certificado.
Edades
Lo ideal es que los alumnos con discapacidad estén en la clase que le corresponde a su edad cronológica, adaptando las actividades de modo tal que pueda elaborarlas. Para que pueda integrarse con los niños y niñas de su misma edad, es oportuno que un adulto esté a su lado ayudándolo a realizar las actividades y comprender los códigos sociales del grupo. Esto le proporcionará un apoyo personalizado para poder compartir e interactuar con el grupo.
Por otro lado, conviene explicarle al grupo la condición propia del alumno con discapacidad para que aporten su apoyo y no lo discriminen, sino que lo incluyan. Los grupos suelen comprender esta problemática si se les explica adecuadamente.
Dra. Mirta L. Cuomo
Mirta Cuomo es Dra. en Psicología con orientación Neurociencias Cognitivas Aplicadas. Lic. en Educación/ Lic. en Psicopedagogía. Especialista en Estimulación Temprana. Especialista en Autismo y Asperger.
Es Directora de CENTRO DE ESTIMULACIÓN TEMPRANA “EN SUS PASOS”
Forma parte de la RED INTEGRADORA DE SBA y junto a otros profesionales, voluntarios, especializados en el trabajo con personas con discapacidad dona su tiempo y conocimiento para servir a la iglesia Cristo.