Algo profundo sucede cuando una comunidad recibe las Escrituras en su idioma. Las personas sienten que Dios les está hablando directamente a ellas. “¡Dios habla mi idioma!” es una frase de alegría común. Cuando las personas encuentran las palabras de Dios sin el filtro del idioma que no es completamente el suyo, comienzan a comprender su valor y propósito en la vida, y eso les da esperanza.
Cuando la Sociedad Bíblica de Surinam proveyó el Nuevo Testamento en idioma saramacana en audio e impresa, se produjeron sorprendentes cambios. “Dentro de la comunidad saramacana se ha dado un reavivamiento, un reavivamiento que no se puede detener”, dice el Secretario General de la Sociedad Bíblica, Erny van Axel. Y los cantos que se cantan en las Iglesias recién plantadas han sido escritos directamente a partir de las Escrituras disponibles en saramaka.
“Sentí que el miedo que tenía dentro de mí había desaparecido”, dijo Medai, quien había estado deprimida y con temor de los malos espíritus. “Así que tomé las palabras de la Biblia e hice canciones de la Palabra de Dios. No podía parar de alabar al Señor, porque era la solución que estaba buscando.”
“Nosotros que trabajamos a diario en el campo, podemos ver cómo la traducción de la Biblia cambia las vidas de las personas. Cambia el carácter, las familias, las comunidades y puede cambiar todo el país” , dice Erny.
En 2018, las Sociedades Bíblicas completaron traducciones de Escrituras en 66 idiomas usados por 440 millones de personas y se entregaron primeras traducciones en 44 de esos idiomas utilizados por más de 77 millones de personas.
“Hoy he recibido el alimento que nos puede saciar más que cualquier otra cosa en el mundo”, dice con rostro iluminado Letensea en Eritrea, al sostener el primer Nuevo Testamento en su idioma blin, publicado en 2018. Fue un momento inolvidable para la comunidad blin, para jóvenes y mayores.
La anciana de 82 años, Kudusan, recordó lo mucho que su padre había anhelado ver la Biblia disponible en su idioma. “Hoy vine a esta inauguración especial en su nombre, así como por mí misma”, dijo ella. “Yo no puedo leer, ¡pero mis nietas e hijos me leerán este Nuevo Testamento valioso, recientemente traducido!”