Joaquina participa del programa de alfabetización indígena que llevamos adelante desde hace 15 años en la comunidad wichí. Al igual que la mayoría de las mujeres de su edad, no pudo terminar la escuela primaria. A pesar de eso, es asistente de maestra de grado de la escuela pública: su tarea es traducir lo que la maestra dice en español a los niños que sólo hablan y entienden wichí. Fue elegida por el conocimiento de su cultura y de su idioma, aunque solo lo conocía oralmente. Ahora, gracias al programa de alfabetización puede leer en su idioma.
La historia de Joaquina se replica en cientos de historias similares. Lucrecia, otra participante, cuenta: “Con este curso he aprendido a leer y escribir la Palabra de Dios… Ahora sé, de verdad, que Dios existe, que no estoy sola y que Él me ayuda”.