“Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: !!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:9-14)
El tiempo de Navidad es una maravillosa oportunidad para reflexionar acerca de la increíble generosidad de Dios para con la humanidad. Pero el regalo que Dios nos da en Cristo Jesús va aún más allá de su grandiosa obra redentora, mediante la cual nos ofrece salvación.
En el relato bíblico vemos que los ángeles son enviados para comunicar algo de forma muy clara: el Hijo de Dios ha venido a la Tierra para mostrar la gloria de Dios a su creación y así traer paz y reconciliación. Él vino para que la humanidad pueda alegrarse en el Dios de su salvación. Él se hizo hombre para traer la alegría que el mundo tanto anhelaba.
¡Jesús, en sí mismo, es esa alegría! El Cristo resucitado es el tesoro escondido en el campo (Mateo 13:44). Él es la perla de gran precio (Mateo 13: 45–46). Él no solo es ¨Dios con nosotros¨ para salvarnos, sino que Él mismo es nuestra más grande alegría y nuestro tesoro más valioso. En Él nuestras almas pueden encontrar eterna satisfacción.
El mejor regalo de todos es que ¨aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad¨ (Juan 1:14). Es Cristo Jesús quien nos revela la incomparable gloria de Dios, y su gloria lo transforma todo.
En esta Navidad, nuestra oración es que puedas encontrarte con Dios y su Hijo Jesucristo a través de la lectura de la Biblia, y que ese encuentro transforme tu vida, renueve tu esperanza, y llene de amor tu corazón. Nuestra oración es que puedas disfrutar de su maravilloso regalo y así puedas disfrutar de la gloria de Dios en Cristo Jesús.