Al conversar suceden cosas. Ya sea cuando lo hacemos con Dios a través de la Biblia y de la oración, o entre nosotros mismos… El diálogo siempre nos cambia. Como le ocurrió a Zaqueo que luego de escuchar a Jesús decidió devolver lo robado y dar la mitad de su fortuna a personas que antes nunca había registrado. Si nos animamos a conversar con hermanos y hermanas de otras culturas, estamos seguros, algo de nosotros cambiará…