Doce versículos bíblicos sobre la espiritualidad
Creo que deberíamos evaluar cuidadosamente nuestra espiritualidad personal y eclesiológica. ¿Somos cristianos que viven del corazón, la cabeza o las manos? Cómo iglesia, ¿nuestra espiritualidad se concentra en el corazón, la cabeza o en el trabajo de las manos? Tener una espiritualidad bíblica y equilibrada significa pensar, desear y comportarse según los términos de Dios, para su gloria y por el bien de la humanidad.
Desead, como niños recién nacidos,
la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para salvación.
1 Pedro 2.2
Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2 Pedro 3.18a
Permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo,
si no permanece en la vid, así tampoco vosotros,
si no permanecéis en mí.
Juan 15.4
Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu.
Romanos 8.1
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
1 Corintios 11.1
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo,
y serás salvo, tú y tu casa.
Hechos 16.31
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe.
Gálatas 5.22
Si vivimos por el Espíritu,
andemos también por el Espíritu.
Gálatas 5.25
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Romanos 12.1
Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos,
pues hay recompensa para vuestra obra.
2 Crónicas 15.7
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de Dios.
Juan 3.5