“Hace mucho vemos la necesidad de contar con la Palabra de Dios escrita en nuestro propio dialecto, para que los wichí de nuestra región puedan avanzar en el entendimiento del evangelio”, expresó el pastor Francisco López en 2015 en una carta que dirigió a la Sociedad Bíblica Argentina. En los últimos años llegaron muchos pedidos como el de este pastor: los hablantes de los dialectos wichí que hoy se identifican como “bermejeños” anhelan tener las Escrituras en su idioma. Esta variante de la lengua es muy distinta a la hablada en la zona del Pilcomayo —donde ya poseen la Biblia completa en su lengua—, por lo tanto esa traducción les resulta tan ajena como el texto en español.
De la población wichí, compuesta por alrededor de 55.000 personas, se calcula que entre 20.000 y 25.000 son hablantes de estas variantes dialectales.