Influencia de la Biblia en Argentina
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Según la definición del diccionario, «traducir» es expresar en una lengua lo que está escrito o se ha expresado antes en otra. Sin embargo, cuando hablamos de traducciones bíblicas nos referimos a mucho más que eso, porque una traducción formalmente correcta no sería suficiente tratándose de las Escrituras.
Es posible que alguien piense que para hacer una traducción basta con conocer bienel idioma de origen y el idioma receptor y seguir algunos métodos técnicos, pero esto produciría una traducción formalmente correcta, aunque sin vida y deshumanizada.
Traducir es un arte, y uno de los objetivos fundamentales de las Sociedades Bíblicas Unidas es la traducción de la Biblia de manera que cualquier persona que la leaen su propia lengua reciba el mensaje que los autores en la lengua original quisieron transmitir.
Estos son algunos de los desafíos más importantes que un traductor debeenfrentar al traducir la Biblia a una lengua indígena:
1. El idioma indígena contiene expresiones idiomáticas únicas.
Una característica de la literatura oral es el uso de la onomatopeya yde la repetición sonora para representar una acción verbal. El Salmo 18.13dice: «Tronó en los cielos Jehová». Una Biblia quechua emplea el término onomatopéyico «kununununumun» para traducir el verbo tronó, imitando el sonido del trueno.
2. Es posible que los elementos de la narración bíblica existan, pero con otra carga temática.
Para los indígenas del norte argentino, los frutos del algarrobo son un elemento básico de la alimentación, símbolo del buen comer. En la parábola del hijo pródigo el hijo se ve forzado a mendigar las algarrobas que comían los cerdos. Si esto se traduce literalmente resulta incomprensible o por lo menos contradictoria. El relato de Lucas 15 habla de una gran hambre, y al mismo tiempo señala que había algarroba para comer. Al hacer la traducción, es necesaria una adaptación cultural del nombre del fruto a incluir en esta parábola.
3. Muchas veces, el idioma indígena es más rico que el idioma base o dominante.
La riqueza y variedad de la fauna y flora en su tipo y multiplicidadidiomática pone en serio aprieto al traductor. Por ejemplo, Marcos 1.6 relataque Juan el Bautista «comía miel silvestre». En la lengua wichí hay 18 palabras para referirse a ese tipo de miel, en el toba hay 10, en la lengua chorote, 7 u 8. El texto bíblico no especifica el tipo de miel silvestre, pero el traductor del Chaco (recolector de miel) debe usar la palabra exacta, puesno hay una palabra genérica para referirse a ella.
4. Las categorías de pensamiento de su cultura, a veces, predisponen al traductor indígena.
Por ejemplo, los zapotecos de México hicieron unainterpretación monetaria del diezmo, e interpretaron que se trataba de dar sólo10 centavos.
De igual manera, cuando los indígenas hicholoén de México, se encontraron con el pasaje en donde Jesús dice: «En la casa de mi padre, muchas moradas hay», pensaron que se trataba de casas de color morado.
5. La experiencia diaria deja huellas en el pensamiento de un pueblo, lo que muchas veces dificulta la comprensión bíblica.
El hambre, la pobreza y marginalidad a los que son sometidos la mayoría de los pueblos indígenas, dejan huellas en el pensamiento. Los grupos étnicos del Chaco paraguayo han sufrido una constante escasez de víveres y, muy amenudo, hambruna. Por consiguiente, cuando hay comida, la comen. No les cabe la idea de tener víveres o comida almacenada y decidir no comer. Esto presentó dificultades para interpretar el ayuno bíblico. Por eso, fue preciso traducirlo explicando el concepto: «dejar de comer por un tiempo con el propósito de dedicarse al culto o al servicio a Dios».
6. Los modismos pueden ser tan diferentes, que modifican el sentido del pasaje si no se los adapta.
Los modismos son un género propio de un determinado idioma. La Biblia habla del «corazón duro» indicando la terquedad o el entendimientoentenebrecido de una persona. En cambio, para los shipibo, de la selva peruana, tener un «corazón duro» es algo deseable y loable, pues se refiere a una persona valiente. Cuando quisieron expresar la idea bíblica de «corazón duro», ellos tradujeron: «sus oídos no tienen huecos».
La idea de corazón como el centro de la personalidad humana aparece con frecuencia en el relato bíblico. En el sermón del monte, Jesús dice: «Bienaventurados los de limpio corazón». Bien sabemos que esto es una figura, ya que el corazón en un órgano. El problema es que en otras culturas el órgano usado para referirse al centro de una persona, es el hígado, no el corazón. En estos casos el texto bíblico debe decir: «Bienaventurados los de limpio hígado».
7. La geografía puede complicar o hasta contradecir el mensaje bíblico.
Como todos sabemos, en el norte argentino no hay nieve; por eso, en textos como en el Salmo 51.7 «… más blanco que la nieve», los traductores emplean figuras de su cultura: «más blanco que el algodón».
8. El hábitat cultural puede complicar la traducción de determinados pasajes.
A veces, los elementos culturales cotidianos y el hábitat pueden complicar la traducción de determinados pasajes. Por ejemplo, en Apocalipsis3.20 leemos: «Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos». En algunas culturas del sudeste de Asia, traducir de esta manera podría prestarse a una interpretación errónea, porque tocando a la puerta es como el amante le comunica a la chica su deseo de que se encuentre con él en alguna parte.
Sin embargo, para los basanaki, pueblo de África Oriental,esta misma frase implicaría que Jesús es un ladrón, puesto que solamente los ladrones tocan a las puertas para saber si hay alguien en la casa. Las personas honradas llaman a los de la casa por sus nombres, y al hacerlo ellos mismos se identifican.
En otros pueblos de África viven en chozas que no tienen puertas, sino agujeros. ¿Cómo traducir el pasaje? En esa traducción, y teniendo en cuenta que la forma adecuada de anunciarse es toser al costado de la choca para que se le invite a entrar, en la traducción se lee: «He aquí, yo estoy al costado de la choza y toso».
9. La lógica propia de cada cultura determina su idioma.
Para los shilluks del Sudán «un gran corazón» tiene alguien que es avaro, mientras que «pequeño corazón» se usapara referirse a alguien muy generoso. La lógica es clara: quien tiene un gran corazón es la persona que acumuló todo lo que ha querido en su corazón. El generoso lo dio todo, y por eso su corazón es pequeño.
10. A veces, no existen palabras en el idioma a traducir, para algunos términos básicos del lenguaje bíblico.
Hay palabras muy importantes dentro del relato bíblico, que simplementeno existen en algunas lenguas. Es el caso de la palabra «perdón» enel idioma esquimal. Para expresar el término hubo que reconstruir el concepto. La traducción en lengua esquimal, en lugar de perdón, dice: «Incapaz de pensar en ello nunca más».
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La primera edición de la Palabra de Dios en una lengua originaria de la Argentina, corresponde al evangelio de Lucas en yagán en el año 1881. Esto significó el inicio de las traducciones bíblicas para nuestros pueblos autóctonos.
Tiempo después, se publicarían el evangelio de Juan y el libro de los Hechos de los Apóstoles. Esos fueron los únicos libros de texto en esa lengua, del sur argentino, hoy ya extinguida.
Según escribe el historiador Arnoldo Canclini en su libro «Así nació Ushuaia», la Sociedad Bíblica imprimió 1.000 ejemplares de cada uno de estos libros. Fueron distribuidos entre los indígenas, que lo leían en sus casas, en la escuela y en la iglesia. Es dramático pensar que, cuando se hizo la última edición, el número de indígenas era menor que el de libros, ya que en 1886 solo quedaban 397 yaganes en el archipiélago.
La creencia general de que algunos indígenas hablan usando sólo unos cuantos vocablos sin ton ni son, ni gramática, es totalmente falsa. Cada lengua indígena es un idioma bien desarrollado y tan complejo como cualquier otro idioma.
Llamar a estos idiomas despectivamente dialectos es rebajar la mentalidad y el lenguaje de nuestros hermanos indígenas, quienes tienen todas las capacidades y recursos de lenguaje necesarios para expresar sus ideas, emociones y anhelos.
Volviendo al ejemplo de la lengua yagán, Thomas Bridge, misionero anglicano, dejó una obra monumental: el diccionario del idioma yagán. Respecto a esta lengua, Darwin había dicho que «apenas merecía el nombre de lenguaje articulado y que se parecía al ruido que emite un europeo al hacer gárgaras», no obstante tan despectivo comentario, el diccionario elaborado por Bridge contenía 32.000 palabras. ¡Muchas más que las que Darwin conocía en su propio idioma!
Bridge, en cambio, consideraba esta lengua «suave, agradable y sonora». Se dice que la forma de vida de los yaganes, que los obligaba a guarecerse en sus chozas durante largas tormentas, y a pasar mucho tiempo conversando, era una de las razones para tal prodigio, ya que los relatos que vivían imaginando los yaganes aguzaban la significación de los términos; porque el idioma es mucho más que una serie de palabras agrupadas con gramática. Es una manera de ver al mundo, una cosmovisión propia.
Ernesto Cardenal, en un encuentro paralelo del III Congreso Internacional de la lengua española (realizado en la ciudad de Rosario, en noviembre 2004) dijo al respecto: «Cuando se pierde una lengua, es una visión del mundo lo que se pierde».
Es ya sabido que una de las áreas de discriminación más severas que sufre el indígena es la del idioma. Es muy raro el caso en que un indígena se le aprecie por lo bien que se exprese en su idioma materno; por lo general se los ridiculiza y discrimina.
(Por Marcelo Figueroa)
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Cuando uno examina un texto para traducir a otro idioma, se presentan ciertos rasgos que apuntan a la existencia de problemas subyacentes. La serie que transcribimos a continuación comprende algunos de los rasgos más comunes
causantes de dificultades:
Frases idiomáticas
En la medida en que reflejan rasgos culturales muy específicos, las frases idiomáticas son una fuente probable de complicaciones en la traducción. Una expresión como «sobre Edom echaré mi calzado» (Salmos 60.8) tiene que analizarse cuidadosamente y su sentido debe determinarse a cabalidad antes de cualquier intento de traducción, pues ella hace referencia a la posesión de la tierra y no a su rechazo.
Sentidos figurados
Difieren de las frases idiomáticas en que la extensión figurada del sentido afecta solo a una palabra dentro de una expresión determinada. Deben ser objeto de recelo por cuanto ellos también suelen estar íntimamente ligados a peculiaridades culturales. En la frase «el que siembra para su carne» (Gálatas 6.8), el termino «carne» no puede tomarse literalmente. Alude a los deseos naturales del ser humano.
Objetos inexistentes en la cultura receptora
Palabras como «león», «camello», «mostaza», «barco» o «filacteria» identifican objetos que para algunas culturas no son originarios. Eso no significa que los lectores de la cultura receptora no sepan o no puedan aprender lo que son tales objetos. Sí significa que a menudo hay que brindarles alguna asistencia, de modo que la información necesaria pueda transmitirse adecuadamente.
Actividades que podrían parecer extrañas a los miembros de la cultura receptora
Si, por ejemplo, las prácticas agrícolas de una comunidad han probado durante siglos que el cultivo mixto es altamente benéfico, puede resultar absolutamente incomprensible que se ordene no sembrar los campos con mezcla de semillas (Levítico 19.19). Quienes utilizan bueyes para arar generalmente estarán de acuerdo con que un buey y un burro no podrán arar juntos (Deuteronomio 22.9). Sin embargo, para los que no estén familiarizados con el uso de animales de tiro, tal prohibición carece de sentido. Muchas personas encuentran que pisotear el grano usando bueyes es una práctica dispendiosa, máxime si los bueyes no están abozalados.
Presuposiciones implícitas que sean contrarias a las de la cultura receptora
Las suposiciones pertenecientes al tabú (positivo) asociado con el Área del Pacto pueden ser contrarias a creencias propias de la cultura receptora.
Expresiones relativas a las vivencias psicológicas
Las expresiones de «amor», «odio», «gozo» y «placer» suelen estar en íntima relación con alguna parte del cuerpo por ejemplo «corazón», «entrañas» o «riñones» pero en cada caso pueden entrar en juego conjuntos de asociaciones muy diferentes. En las Escrituras, por ejemplo, el «corazón» es primordialmente el centro de la percepción intelectual y la conciencia moral, antes que el núcleo de las emociones como es el caso en la mayoría de las lenguas europeas.
Términos extremadamente genéricos
Términos altamente genéricos que en primera instancia dependan de categorías conceptuales más que perceptivas —por ejemplo, «poder», «sabiduría», «conocimiento», «bondad», «maldad», «vida»— tienen que ser analizados concienzudamente para determinar si algunos de los componentes semánticos reflejan conceptos especiales de la lengua receptora. Por ejemplo, en las Escrituras, «conocimiento», especialmente en frases como «conocimiento de Dios» y «conocimiento del mal», se refiere a la experiencia, más que a la información.
Formas lingüísticas completamente diferentes de las de la lengua receptora
Rasgos tales como las preguntas retóricas, el uso de «nosotros» cuando el referente es «yo» y los imperativos en tercera persona (por ejemplo: «hágase la luz») pueden plantear serias complicaciones en el trabajo de traducción.
Secuencias de acontecimientos en orden no histórico
Cuando los sucesos narrados en un texto se dan en un orden no cronológico, el traductor deberá estar atento a dificultades posibles e incluso probables. Por ejemplo, en Marcos 1.43 el texto dice que Jesús despidió a un leproso, mientras que el versículo 44 contiene las instrucciones que Jesús le dio antes de que el hombre saliera.
Estructuras poéticas
Plantean dificultades a la hora de seleccionar formas equivalentes, pues las de la lengua fuente y las de la receptora casi nunca son iguales. Por otro lado, el hecho de que las estructuras poéticas se inclinen hacia un alto porcentaje de lenguaje figurado permite prever aún más complicaciones. También debe tenerse en cuenta el persistente paralelismo que caracteriza las estructuras poéticas hebreas. Es difícil encontrar estructuras paralelas similares que no sean equívocas como también lo es compensar la pérdida de énfasis que ocasiona el uso de otros mecanismos equivalentes.
Unidades mayores del discurso
Los traductores tienden a pasar por alto algunos elementos importantes propios de las unidades mayores del discurso, como es el caso de los conectivos (partículas que relacionan un término con sus antecedentes y consecuentes), las expresiones del entorno (lugar y tiempo) y los indicadores de género literario. En griego, por ejemplo, la marca que identifica el género de la parábola suele ser el pronombre indefinido tis, el cual combinado con antropos a menudo se ha traducido erróneamente como «cierto hombre», aunque debería reestructurarse como «había una vez un hombre».
Extraído de «Significado y diversidad cultural», publicado por las SBU.
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Las culturas a las que pertenecieron los autores de los libros de la Biblia, los
traductores castellanos y los traductores indígenas son muy diferentes. Los
idiomas reflejan esas realidades; por ello, los traductores necesitan reconocer
las diferencias de cosmovisión y cultura para poder hacer traducciones más
fieles.
La expresión que en una lengua y cultura significa una cosa, en otra quiere decir otra. Por ejemplo, en español, la repetición por lo general significa énfasis: «Estuviste muy, pero muy bien». Pero en Filipinas, en el idioma hilagaynon, la repetición indica lo opuesto; por eso, en la traducción de la expresión bíblica «en verdad, en verdad», debe escribirse sólo una vez si se quiere mantener la fuerza del énfasis. Por otra parte, en el idioma indonesio la repetición significa pluralidad.
La expresión «un gran corazón» tiene diferentes significados dependiendo de la cultura en la que se use. Para nosotros, significa «generosidad». Para los huaves del sur de México, esa expresión significa «valentía»; para los tzeltales de la misma región, significa «perdonador». Para los shilluks del Sudán, en Africa «un gran corazón» se dice de alguien que es avaro, mientras que «pequeño corazón» se usa para referirse a alguien muy generoso. La lógica aquí es clara: quien tiene gran corazón es la persona que ha acumulado todo lo que ha querido y podido en su corazón. El generoso lo ha dado todo; por eso su corazón es pequeño.
También se debe prestar especial atención a la traducción de conceptos teológicos importantes. La idea de «perdón» se expresa de diferentes maneras en diversos idiomas: «borrar una ofensa», «olvidar la falta», «echar afuera el pecado», «escupir sobre el suelo frente al otro», «no colgar mandíbulas». En el idioma shilluk del Sudán, la expresión «escupir en el piso frente al otro» se ha usado al final de un juicio. Los testigos exigían a los contendientes, después que la falta se pagaba o castigaba, a escupir frente al otro para indicar que el caso se olvidaba de por vida.
En Nueva Guinea, entre las tribus de la región del río Baiyer, la expresión «no colgar mandíbulas» está relacionada con la tradición de la cacería de cabezas y la venganza. La familia, antes de sepultar a la víctima, cortaba la mandíbula del difunto, le quitaba la carne y la colgaba en la entrada de la casa como símbolo de la voz de la persona muerta. Ella recordaba a cada miembro de la familia que en algún momento, en el futuro no lejano, ellos deberían vengar la muerte del familiar, matando a un miembro de la tribu o clan enemigo. Sin embargo, cuando llegó el cristianismo, al descubrir que Dios los había perdonado en Cristo, ellos descolgaron las mandíbulas y las quemaron. Decían: «Si Dios ya no cuelga mandíbulas contra nosotros, tampoco nosotros lo debemos hacer contra otros».
Todos estos ejemplos muestran algo muy importante: si bien no se puede encontrar siempre palabras y expresiones paralelas en cada idioma para expresar un pensamiento, no hay idioma en el mundo en el que no se pueda traducir una idea del cerebro humano. En muchos casos, como en el ejemplo de Nueva Guinea, será necesario utilizar frases descriptivas, pero la idea se podrá comunicar tan fiel como el significado del original.
Otros ejemplos son: el vocabulario de guerra, las montañas, las rocas (guaraní, lenguas en chaco paraguayo). Cuando se tradujo Proverbios 14.4 al maya, el traductor se encontró con el problema de la práctica del uso de los bueyes para labrar la tierra.
El proverbio dice así: Sin bueyes el granero está vacío;
Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
Pero en Yucatán, por muchas razones el campesino no usó ni usa bueyes para la labranza. En realidad, no usa el arado. ¿Cómo traducir este proverbio de manera comprensible para un pueblo que no conoció ni conoce esa práctica? La traducción de este proverbio en maya quedó más o menos así:
Enfermo, el campesino no puede trabajar.
Pero con salud, su familia tiene comida suficiente.
Otro de los problemas en la traducción de conceptos en idiomas indígenas lo ofrecen los nombres divinos. En la mayoría de nuestros pueblos, los españoles impusieron la palabra «Dios» para hablar del Dios de la tradición cristiana. Esta palabra se transliteró de maneras diversas, y es la palabra que se usa para referirse a Dios: «jajal Dios», «Diyu», etc. Sin embargo, esta palabra, por tener significado cero, no comunica con profundidad la carga conceptual que tienen las palabras indígenas.
Más y más en las Sociedades Bíblicas Unidas se está insistiendo en usar palabras ya existentes en los idiomas indígenas. Por ejemplo, en maya, en las dos primeras versiones del Nuevo Testamento, se usó la palabra «Dios», pero ahora, después de mucha deliberación y consulta se decidió usar el título «Hunab Kú»; conocido y usado en la época en que vinieron los españoles.
NATURALIDAD Y ACEPTABILIDAD
Uno de los problemas más grandes que tenemos al traducir la Biblia a lenguas indígenas es el asunto de la aceptabilidad. Como consultores de las Sociedades Bíblicas Unidas quisiéramos que los traductores aplicaran los mejores métodos y principios de traducción que nos han enseñado la lingüística y la exégesis modernas.
Que las traducciones sean fieles en el sentido y resulten en obras de gran valor literario; que suenen natural a los lectores y oyentes. Sin embargo, siempre existe el temor de producir una traducción que no tenga el sabor de tal o cual versión en el idioma nacional y oficial. Esto es especialmente cierto en relación con la versión Reina-Valera. Sólo mediante este proceso educativo estaremos listos para entender mejor el por qué de las diferencias, si existiera alguna.
(Edesio Sánchez Cetina/LaBibliaWeb.com/SBU)
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El método inductivo de estudio bíblico consiste en tres elementos prácticos que se realizan uno después de otro pero que, de alguna manera, se entrecruzan y potencian:Observación, Interpretación y Aplicación.
1. OBSERVACIÓN – Responde a la pregunta: ¿Qué dice el pasaje?
Este primer paso establece los cimientos sobre los cuales se edificará el resto del estudio bíblico. ¿Alguna vez ha leído alguna parte de la Biblia y cinco minutos después no pudo recordar lo que leyó? Muchas veces leemos la Biblia con nuestros ojos pero no con nuestras mentes.
Esto se debe a que leemos sin prestar la debida atención a la lectura, o que leemos un largo pasaje de las Escrituras y no lo releemos o que, simplemente, creemos que la lectura bíblica se grabará profundamente en nuestras mentes, casi mágicamente, y que nunca olvidaremos lo que leímos. Por otro lado, debemos ser conscientes de que descubrir qué dice el pasaje toma tiempo y esfuerzo. Es leer con atención, asegurarnos de comprender el significado de cada palabra, saber cómo se relacionan las distintas oraciones y, en definitiva, saber explicar en nuestras propias palabras qué dice el pasaje. Una vez que nos aseguramos de saber lo que dice el pasaje leído, debemos pasar al segundo paso.
En este primer paso, la lectura repetida del pasaje elegido es muy importante. Leer una y otra vez hasta que el pasaje «se haga carne» en nosotros. Cuanto más leamos el pasaje elegido su significado será más claro en nuestra mente.
2. INTERPRETACIÓN – Responde a la pregunta: ¿Qué significa el pasaje?
Es claro que para interpretar cabalmente un pasaje debe basarse en una cuidadosa observación. La interpretación es el proceso de descubrir qué significa el pasaje. Cuando observamos cuidadosamente el pasaje, el significado se hará cada vez más cierto. Es evidente que una interpretación apresurada puede llevarnos a interpretar mal el pasaje. No debemos suponer sino interpretar. No son mis pensamientos –ni los de ninguna otra persona– sino los de la Palabra de Dios los que tienen que salir a la luz.
A medida que practicamos estos sencillos pasos de estudio bíblico, será evidente que observación e interpretación son dos pasos que muchas veces se convertirán en uno, pues a medida que avanzamos en nuestra observación el significado del pasaje se hará cada vez más evidente. Por lo tanto, podemos decir que la interpretación fluirá de la observación naturalmente.
En este paso preste atención a los diferentes tipos de literatura. Por ejemplo, asegúrese sobre qué tipo de pasaje se trata. ¿Es algo literal o alegórico? ¿Es algo cultural –aplicado a un tiempo y espacio específicos– o es algo general? ¿Es profecía o narración? ¿Es una enseñanza o un evento histórico? Es decir, en este paso debe hacerse todas las preguntas que se le ocurran. ¿Qué pasa en el pasaje? ¿Quién habla? ¿Por qué dice lo que dice? ¿Cómo se hace lo que pide el pasaje? ¿Hay otros pasajes similares en alguna otra parte de la Biblia? Todas estas preguntas y cualquier otra serán claves para interpretar el pasaje. No se canse de «interrogar al pasaje». Las preguntas iluminarán el significado del pasaje.
3. APLICACIÓN – Responde a la pregunta: ¿Cómo el significado del pasaje se aplica a mi vida?
Si bien es el tercer paso que presentamos, la aplicación es lo más importante del método. No solo debemos comprender e interpretar qué dice el pasaje, sino que debemos aplicar la enseñanza aprendida a nuestra vida diaria. La aplicación es el objetivo del estudio bíblico.
Una vez que comprendemos un pasaje bíblico, somos responsables de obedecerlo y vivirlo. Lo que busca el estudio serio de la Palabra de Dios es una vida transformada por el poder del Espíritu Santo actuando en nuestras vidas a través de la Escritura aprendida. A lo que apunta el estudio bíblico es a desarrollar una relación personal con Dios a través de su Hijo Jesucristo.
Recordemos las palabras de Pablo a Timoteo: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (2 Timoteo 3.16-17). Ese es el propósito de la Palabra de Dios, que cada persona que interactúe con ella sea enseñada, reprendida, corregida e instruida cabalmente con un claro objetivo: «Que la persona que busca agradar a Dios sea preparada, capacitada para toda clase de circunstancia».
Cuando sabemos lo que Dios dice, qué significa lo que dice y lo aplicamos a nuestra vida, el resultado es ser una persona mejor para la gloria de Dios. ¿Será esto posible? No solo es posible, sino que es la voluntad revelada de Dios.
Vale la pena repetir que tanto la interpretación como la aplicación se basan en una correcta observación del pasaje bíblico, por tal motivo es de suma importancia que desarrollemos nuestra habilidad de observar cada pasaje bíblico con detenimiento. Esto tomará tiempo y esfuerzo pero vale la pena. A medida que practiquemos nuestra observación creceremos también en nuestra interpretación y aplicación del pasaje bíblico. No nos cansemos de observar cada detalle del pasaje elegido, comparémoslo con otros pasajes paralelos –por ejemplo, si es un pasaje de un evangelio busquemos el mismo episodio en otro evangelio y comparemos nuestra observación. Si es alguna enseñanza de Pablo, busquemos otra enseñanza paralela y comparémosla. Hagamos esto todas las veces que hagan falta hasta que estemos seguros de comprender el pasaje, luego pasemos a la interpretación. No nos desanimemos si al principio lo resultados no parecen ser tan impresionantes como quisiéramos. Este método resulta de la práctica y cuanto más lo practiquemos más fácilmente aparecerán las enseñanzas.
Nunca olvidemos que la Biblia es la Palabra de Dios por lo tanto seamos siempre sensibles a la guía de Dios en nuestro estudio. Cuando alguna palabra o frase impacte su mente, deténgase y piense la razón, profundice su comprensión del pasaje y atesórelo en su corazón. Quizás Dios desee decirle algo específico. Preste atención. La memorización de esos pasajes que impactaron su vida de forma especial será una ventaja al adelantar en su estudio.
Cuando alguna enseñanza bíblica impacte su vida compare lo que aprendió con su propia vida y busque acondicionar su vida a la nueva enseñanza recibida.
A través del estudio diligente de la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, podremos desarrollar la fortaleza necesaria para sobreponernos cuando las tormentas de la vida nos lleguen. Conoceremos más a Dios y podremos descansar en él de una manera más segura. Daniel 11.32 dice: «El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará».
(Por Jorge Juan Olivera/LaBibliaWeb.com/SBU)
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El proyecto de alfabetización aborigen fue pensado para fortalecer las lenguas y las identidades de las comunidades. “Entendemos que la vida espiritual de los pueblos se expresa a través de su idioma. Por eso creemos que trabajar en la defensa y promoción de la lengua materna de una comunidad es contribuir a su bien espiritual, social y cultural”, explica Ernesto Lerch, coordinador de Proyectos de la Sociedad Bíblica Argentina.
Por el momento, el proyecto se ha centrado en la alfabetización wichí, tarea que comenzó en 2001. El wichí es el primer pueblo originario de Argentina que recibió la Biblia completa en su idioma, pero cuando la Palabra llegó a la comunidad, el analfabetismo alcanzaba hasta un 50% de la población. Por eso Sociedad Bíblica Argentina se unió a la Iglesia Anglicana del Norte Argentino con el objetivo de facilitar el uso pleno de la lengua materna.
Cristóbal Wallis, director de este proyecto, relata: “A pesar de que en la actualidad la educación pública es accesible a casi toda la población, la enseñanza recibida sigue siendo principalmente en castellano, lo que para los wichí es una lengua extranjera. Esto retrasa enormemente el aprendizaje y hace que la gran mayoría de los adultos wichí carezcan de autoconfianza en todo lo relacionado con la lectoescritura. En cambio, la experiencia de manejar textos en una lengua que entienden y la oportunidad de desarrollar sus habilidades de lectoescritura en su propia lengua les abre otra perspectiva, los anima.”
Sociedad Bíblica Argentina se encuentra en una etapa de investigación y evaluación para extender el proyecto de alfabetización a otras lenguas. “Nuestra expectativa es que, a través de la enseñanza y el conocimiento de la palabra de Dios, las comunidades tengan acceso a una mejor calidad de vida”, afirma Ernesto.
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“Estamos pasando por momentos difíciles y especiales en Ucrania. Muchas personas están sufriendo en esta guerra horrible. Por otra parte, es un tiempo de oportunidades sin precedentes para llevar la Palabra de Dios a los corazones heridos, decepcionados, asustados, perdidos y desesperados de cientos de miles de habitantes de nuestro país”, contó Anatoliy Raychynets, Secretario General de la Sociedad Bíblica Ucraniana.
El Consejo ucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, organización en la que participa la Sociedad Bíblica Ucraniana, celebró una reunión fuera de la ciudad de Kramatorsk, en la zona de acciones militares de Ucrania. Fueron invitados allí por el Jefe del Servicio de Seguridad ucraniano General del Ejército Vasyl Grytsak.
En la reunión se abordó la importancia de detener la guerra, establecer la paz y curar las heridas de la gente. El General Grytsak, jefe del Servicio de Seguridad dijo: “Creo que podríamos hacer mucho más con la Palabra de Dios que con armas u otros medios en esta situación. Aquí en la zona de guerra vi a muchos chicos que en 2014 eran ateos, pero ahora son creyentes sinceros porque recibieron la Palabra de Dios. Les ruego que ayuden a secar las lágrimas de las madres y esposas de 109 soldados ucranianos que están cautivos por el enemigo”.
El General Grytsak también pidió a la Sociedad Bíblica 800 Biblias para entregar a los oficiales que fueron enviados a la línea de frente recientemente y Biblias para niños para enviar a sus hijos como regalos de Navidad.
“Las oportunidades que tiene la Sociedad Bíblica actualmente son únicas y hay muchas personas que todavía están esperando la Palabra de Dios”, afirmó Raychynets.
Los invitamos a orar para que la Palabra de Dios llegue a todas las personas que están sufriendo.
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En la mayoría de las sociedades de nuestro tiempo los medios se han transformado en la principal fuerza modeladora de nuestras culturas y valores. En gran medida son estos quienes le “marcan” la agenda a la sociedad. La propaganda en forma de publicidad y persuasión política ejerce una fuerte influencia en las generaciones más jóvenes. El surgimiento de la tecnología de las comunicaciones, tal como la Internet y los medios digitales, han creado una variedad de nuevas amenazas y oportunidades. Si lo dicho es cierto, debemos plantearnos qué lugar debería ocupar la Biblia en los medios y la comunicación, así como también cuáles podrían ser los cambios transformadores que ella tendría como consecuencia de ganar un espacio de importante presencia en la vida de la gente.
La Biblia nos revela que es Dios mismo quien se comunica con los seres humanos. El gran erudito Johannes Henrici expresó de forma acertada que “la comunicación está enraizada en la naturaleza de Dios y es esa misma naturaleza que Él impartió a la humanidad al crear a los seremos humanos a su propia imagen”. En tal sentido, la comunicación es una capacidad dada por Dios y es “la única manera de ser completamente humanos”. En esencia, ser humano es ser comunicador. La comunicación (habilidad de expresarnos) es un don de Dios a la humanidad. A lo largo de la historia, tal como lo relata la Biblia, podemos ver cómo Dios se ha comunicado a través de diversos medios como sus profetas, ángeles, etc., y en el clímax de la historia de redención, a través de su Hijo, cuyo testimonio nos llega a través de las Escrituras (Hebreos 1). El gran reformador Martín Lutero subrayó el vínculo fundamental entre la creación y la comunicación al decir lo siguiente: “Ser creados a imagen de Dios tiene que ver con relación y comunicación”. Esto significa que he sido creado para dialogar. La comunicación de Dios hacia mí toma la forma de una conversación. Este es el tema esencial de toda la Escritura. Dios continuamente buscando al hombre para hablarle, desde la historia del Edén, la encarnación de la Palabra y hasta la proclamación de los nuevos cielos y nueva tierra. Dios se mueve dentro del marco de referencia del receptor, a saber, su cultural, medios y lenguaje. Él “va más allá de los predecible y del estereotipo en sus esfuerzos por comunicarse”. Y nosotros como iglesia queremos que este diálogo, esta conversación, no solo tenga lugar dentro de nuestras iglesias sino también en cada esfera de nuestra sociedad.
En virtud de las oportunidades que presentan los medios de comunicación y teniendo en cuenta que Dios mismo en la Biblia (y al dárnosla) provee un claro ejemplo de iniciativa constante, necesitamos abrazar el desafío de llevar a la Biblia y su mensaje transformador a los medios. Estamos convencidos, como Sociedad Bíblica Argentina, de que las Escrituras no solo son útiles para la edificación de la iglesia sino además imprescindibles en la construcción de una sociedad y una cultura que glorifiquen a Dios y hagan bien al prójimo. Y para ello, es necesario que la Palabra esté donde la construcción social y cultural toma lugar.
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